Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


miércoles, 13 de agosto de 2008

Templo sinfónico del sonido infinito. Temple of Infinity en vivo.


En la entrada anterior hablé sobre el snobismo que existe en el rock progresivo y que hoy todo el mundo parece querer estar dentro…
Hace unos cuantos años atrás, cuando no se hablaba de una escena local de rock progresivo, forme parte de una de las mejores bandas: Motherland. Junto a mi hermano al bajo, Richie Ryan en voz y el gran Miguel Ángel “Mike” Crudo en batería...
En aquellos días, dos niños, hermanos mellizos, venían a ver los ensayos; uno era alumno de Mike y el otro se convirtió en mi discípulo…
Pasaron muchas cosas hasta hoy día y durante estos años: Motherland entró de luto cuando Mike murió a causa de un cáncer. Desde entonces la banda quedo latente pero inactiva...Los hermanitos crecieron y comenzaron a juntarse con mi hermano….
No por eso, por el cariño que les tengo, seré menos lapidario y crítico…

Era un jueves 5 de junio, pasada las diez de la noche, en un local no muy lleno de Capital Federal llamado Liberate, en donde la banda de metal progresivo Fughu tocaría esa noche. Pero la escasa audiencia no estaba allí por ellos, sino, en su mayoría, para ver a la banda soporte. Luego de una insatisfecha prueba de sonido, pero con buen humor, se presenta Temple Of Infinity con Die Silva al bajo (mi hermano menor), Nacho Funes en guitarra y su hermano Pato en batería. El clima era expectante aunque no había ni la mitad de energía ambiental como la que tuvieron en su debut de diciembre del 2007, pero aun así el escenario les quedaba chico, y abrieron el show con:

BETWEEN FORCES.
El primer tema de un recital es casi lo más importante, porque es un pequeño curriculum para aquellos que no conocen la banda. Podríamos decir que TOI (NOTA: abrevio, ya que el nombre de “Temple of Infinity” me parece largo y me suena a canción de Stratovarius, y no podría llamar “Temple” porque así se llamó el proyecto solista de Walter Giardino, e “Infinity” es la banda de Beto Vazquez) comenzó con una buena elección, un tema fuerte, pero que, lamentablemente, a mitad de la canción se hizo presente todo tipo de dificultades técnicas por un inoperante encargado de sonido. Nacho, el guitarrista, comenzó a experimentar con su pedalera de efectos, pero daba la impresión de que estaba perdido en una marea de delay descontrolado más que un pasaje musical, lo que se hizo muy notorio cuando el resto de la banda retomó el tema con un sonido crudo y seco. Sortearon ese bache, pues a medida que profundizaban en la canción se fue haciendo llevadera y estable, aunque no con un mejor sonido. Pese al fastidio del bajista con el sonidista la banda no se amedrentó y siguieron con su composición machacosa y marcada por cambios de tiempos en subidas y bajadas. Claramente daban a entender el por qué de su titulo: Mucha energía aleatoria.
Hubo un solo de batería en el final que, gracias a Dios, no era del tipo obvio a lo Mike Portnoy, sino que mostró una influencia Purpleana.
Aplausos y ovaciones, y tras un pequeño silencio siguieron con:

TRASATLANTIC.
Comenzó con una melodía solitaria de bajo para que luego la banda se acople y se transforme en una demoledora base, hasta cortar en un sinuoso pasaje que llevo a un solo de guitarra lento y Petrucciano para nuevamente evolucionar a una base sólida que mutó hasta los reinos del Rey Carmesí.
El tema fue un verdadero trasatlántico, grande y pesado, que navegó por mares oníricos.
El publicó tardó unos segundos para entender que el tema había terminado, y entre bromas, Die presentó:

THE INNERCORE.
Curiosamente, esta composición podría quedar a la perfección para una banda de fusión que esté mas cerca del jazz-rock que del metal-prog, y que sonaría exquisitamente tocada en una pequeña batería de jazz, un contrabajo y una guitarra de caja a pleno sonido limpio. Aun así tengo una crítica que haré al respecto: El tema estuvo presentado sobre los hombros del bajista que mantuvo el groove en todo momento dejándole un fructífero terreno para que Nacho se explayara en texturas sonoras…algo que fallo. Aunque melódicamente correcto y con una técnica envidiable, su “único” sonido (puso solo un poco de wah) hizo que el tema no me enganchara del todo, y me daba la impresión de ver una jam de guitarra en vez de un tema compuesto. Y en cuanto a Pato, si bien es uno de los mejores baterístas que he conocido y digno discípulo de Mike Crudo, sentí que estaba rígido y sin feeling, algo que se arregla al estudiar a bateristas como J.J. Johnson. Pese a estos puntos bajos, el tema salió airoso y fluido.
A continuación presentaron un tema especial. Si bien la banda le deben su influencia a muchos factores y personajes, tributaron al difunto baterista de Motherland, (el ya mencionado) Miguel Ángel “Mike” Crudo:

IN HIS MEMORY.
Profundo y sentido. Quizás el punto más alto en toda la velada. Hay técnicas al por mayor pero con tal calidad de oficio que lo que se escuchó fue música. Arpegios sincopados, técnicas de sticks, ambientes percusivos… Pato y Die crearon una pared melódica para que el guitarrista se explayara en hermosas progresiones de acordes y sentidos solos (momento que me recordó a Motherland). Sorprendentemente, y para ejemplo de muchos guitarristas, el solo estaba mas lleno de una carga emocional, mas parecido a la libertad de un John Frusciante y a la melodía de un Steve Morse (así de amplio) que a cualquier violero del género. La banda se vio fluida y suelta, como si recién en ese tema se hubieran sentido cómodos: Se movían, cruzaban sus miradas, bailaban…Fueron libres en una melancolía alegre.

NATURAL PROGRESSION.
Pesado, intrincado, demoledor, pretencioso y arrogante. La banda estaba totalmente suelta y fue la mejor canción tocada a pesar de ser la mas nueva: Todos formaban una pared sonora de puro rock progresivo…y lo hacían de forma natural, como si no le costase, como si tocar con tanta precisión y dificultad sería como hacer una base de I, IV y V. Y para concluir con tan soberbio tema, una violinista (que, graciosamente, se la pasó parada frente al escenario durante todo el tema sin hacer nada) contribuyó con pequeños arreglos neoclásicos cerrando una velada estupenda.

Es verdad que su música merece un par de oídas para acostumbrarse al viaje que quieren mostrar. Sus rápidos cambios de métricas y melodías no son, como muchas bandas progresivas actuales, para mostrar que tan buenos son, sino para contar una historia y mostrar un mundo sonoro.
El hecho de que carezcan de un vocalista y un tecladista, hace que su labor sea más difícil. Tienen que llenar la falta de estos con recursos técnicos, genialidad y algo de virtuosismo gratuito…y eso es loable, antes de poner a un mal cantante y algún tecladista mediocre…porque eso es una realidad: Los que se unan a TOI tienen que estar a su altura emocional, mental y compositiva, y eso no se encuentra en conservatorios. No, eso es un don musical.
En cuanto al show, como dije, el público fue escaso por falta de organización por parte de la otra banda. Un error dejar la organización en manos ajenas…
Si bien, no fue la mejor noche de la banda, pero los que lo vieron, disfrutaron de un espectáculo a nivel internacional, original y virtuoso, algo que carece en la escena del rock nacional de hoy. Algunos dirán que se parecen a Liquid Tension pero en trío, que tienen algo de Rush y una nostalgia Purpleana, pero la verdad es que Temple Of Infinity se esmera en tributar a sus ídolos y a no parecerse a ninguno.

Juiahnn