Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


lunes, 5 de octubre de 2009

...Nakemiin.


El silencio es la mejor respuesta cuando los sentimientos están algo temperamentales. Y de una decisión a una palabra incomoda hay una línea muy fina…

Así que antes de decir cosas que pueden doler, pero que no tienen falta de juicio, sino que la avala la verdad de la contemplación, me marcho por un tiempo…

..quizás vuelva a las montañas para oír el silencio; quizás me introduzca en el bosque para esperar las noches de verano y ver las estrellas; quizás viaje a las frías tierras del norte europeo y abrigarme de su “calido invierno”. De una u otra manera me gano a mi mismo…

…igual, aquellos a los que quiero saben que me volverán a ver; el resto del mundo, le importa? No creo…están muy ocupados buscando un poco de atención, que se disipara con el primer viento del egoísmo.

Tal vez, de tanto en tanto escriba algo hasta retomar nuevamente con “las enseñanzas” si es que vuelvo a “enseñar”, pero de mientras: Näkemiin!!! …o en castellano, Adios!!


Juh

lunes, 28 de septiembre de 2009

Con la añoranza de antaño.

Aunque aun el hermoso frío está presente, no falta mucho para que el verano llegue, y con él, los trastornos que eso implica para un pueblo balneario… Y yo soy como las aves, pero a la inversa: Yo busco la calidez de los inviernos boscosos.

Hay una sensación para estos tiempos que acarician mi alma. La llamo “sentimiento hobbit” y “nostálgica elfica”. El sentimiento hobbit me lleva a abandonar el mundo, buscar mi lugar alejados de todo y de todos, disfrutar del día y de la noche, y que no haya mas empresa que el de cuidar la huerta, y buscar buena cerveza de barril y tabaco de pipa. Y así utilizar el “Buenos Días” para invitar a una pinta en la quietud de la tarde, o para echar cordialmente a un intruso. Que mi felicidad esté en la contemplación y en una tranquila vida hogareña. Pero también me acompaña las “nostalgia elfica”, aquella que recuerda de donde vine y las edades que he transitado, y añora volver a las tierras imperecederas del atardecer eterno, y suspiro en las noches bajo los árboles de hojas de plata tocando en las cuerdas canciones de antaño.

A veces, la mayor parte del tiempo, quisiera renunciar. Dejar mi carrera, abandonar mi pasado, recuperarme…que mi nombre ni aparezca en la web. No quiero fama, no me interesa un nombre prominente. Solo quiero ser amado y respetado por aquellos a quien yo amo.

Son muchas vidas, muchas cosas, como dijo Bilbo: Me siento como poca mantequilla untada en mucho pan.

Hasta abandonaría la vida de Sensei, total hay otros que siguen mi camino y están capacitados para seguir mi trabajo. Pero si aun no lo hice fue quizás porque me gusta demasiado ser “aquel que fue antes”, o ser el mártir que lucha contra “la mala enseñanza”. Y siento que si yo abandono estaría dejando a muchos para ser devorados por aquellos nefastos músicos fracasados que se hacen llamar “Maestros de Música”. Demasiada mediocridad hay en el mundo para que se reproduzca!!

Estoy replanteándome si seguir con los blogs. El mundo no necesita “otro maestro”. Aquellos que me conocen saben de mis cosas y yo las de ellos. El mundo era mundo (y mejor) antes de la web. Que cambia estar o no estar cuando no te interesa el mundo moderno?

Tuve una semana extraña; que aunque fue buena en su mayoría, en un momento tuve miedo a un mal entendido. Y es raro porque yo no tengo miedo más que a la estupidez…pero descubrí que le temo a “el oportunismo y a la mala saña”. Los malos entendidos pueden ser fácilmente una ventaja para aquel que quiera lastimarte.
Si uno es una persona de honor no tiene nada que temer…pero ya ni eso te garantiza la tranquilidad en un mundo deshonesto.
De cualquier manera, ya pasó, y mi mente y conciencia están tranquilas. Puedo estar enfermo, pero siempre, cualquiera de “nosotros”, tienen códigos de honor y caballería.

Y como nuevamente tengo las ansias de cruzar el mar por encima de la curvatura de la Tierra, por donde los mortales no navegan, y llegar a las tierras que no mueren, para gozar de las bendiciones imperecederas del Unico, por esto y por lo que fueron en mi vida, quisiera dedicarle las siguientes palabras a Arjen Wood y a Sean Lovehate, para que al menos, una vez mas antes de partir, recorramos los bosques que protegimos y veneramos con el alma.


Noches frías, cálidos espíritus.

Aunque contraria se la razón,
el frío me entrega los mas cálidos recuerdos,
impregnando mi alma de viejas andanzas,
cuando con capas y espadas,
la lumbre de un fuego rodeábamos
por las noches de aquel solsticio de verano,
planeando y preguntándonos el camino a seguir,
a través de los bosques olvidados.

De distintas razas éramos
y distintas razones nos empujaban,
pero unidos en un espíritu guerrero
para un mismo mal combatir.

Aunque años han pasado desde entonces,
es la misma sensación nocturna;
Cuando recostados sobre la hierba del prado,
de cara a las estrellas que los eternos contemplan,
intuíamos los escritos de antaño
en las esencias que Gaia enseña.

Pocos quedamos de aquella hermandad
de la comunidad de los bosques.

Pocos esperamos mirando el horizonte
las empresas que se olvidaron.

No más redención para un Gedma perdido,
y atrapado en festejos, Arcador, la magia a olvidado.
Muere Cloud, el elegido que la insania ha escogido,
y Wolfgang a una hucumio su alma a vendido.

Noches frías desde entonces,
sin ser ángel de redención,
mas solo un monje loco,
que suplica por el calor de los espíritus.

Dos desde tiempo me acompañan.
Dos que van por su propio destino.
Uno sabio y otro vikingo.
Dos que buscan un recinto a llegar.

Aun así atado,
en lo cotidiano y desventurado,
la esencia queda guardada en mi
de las viejas batallas de verano…

Se que el tiempo no regresa
mas que en forma de recuerdos,
y que aquellas viejas empresas
quedaron como aventuras a contar.

Pero mi alma aun es fuerte
y mi espíritu ansía recorrer lejanas comarcas,
aun cuando toda la cofradía se halla disuelto
por los caminos de la vida que se encuentran.

Mis alforjas están listas y mi espada sigue
con el filo de la ultima batalla,
pero aun acompañado estoy solo,
pues quien llevo a mi lado no lo comprende.

Y así seguiré mirando a las estrellas,
con las nostalgias de otras tierras,
y un corazón lleno de cielo
y de lluvia de mis tristes ojos…

…Así, hasta que decida partir.




Juh (Jeg ønsker at gå tilbage til at være "én")



lunes, 21 de septiembre de 2009

Despues de saber, seguir aprendiendo...


Hace unos cuantos años atrás, cuando creí saber demasiado y estaba sufriendo una sobredosis espiritual, dejé todo lo que había logrado para abandonar esta vida conocida…Nada era suficiente, o se había vuelto paupérrimo. Anhelaba los secretos místicos de lo que jamás existió. No concebía la idea de “esto es todo lo que hay”.

Pura mierda!!

Nunca llegaremos a estar completos!!

Y Dios…o es un dios tirano y celoso que exige devoción exclusiva e inventó un infierno de fuego para atormentar eternamente a aquellos que no fueron atormentados en vida… o es un dios amoroso, pero impotente y débil ante el sufrimiento del mundo.

Como sea, nada más importaba…

Pero volví a la vida tras cruzar el umbral del mundo, y me reconcilié con aquel Dios que había perdido antes de crecer. Y retome su camino aunque no creía (ni creo) en una organización…

Mucho pasó desde que Jael me recordó como era la verdad…
Mucho pasó desde que recuperé un amor… o al menos me convencía de ello.
Mucho pasó desde que intenté dar a conocer el camino…

Pero Jael ya no está, y aquella organización me rechazó por hablar la lengua de los ángeles, solo porque mis ropas tenían el aroma de los recintos oscuros…
Y el amor que creí recuperar fue solo un ideal de lo que habíamos sido, y al tiempo caí en brazos de un amor que viene de las estrellas, cuando aun no éramos aquí…
En cuanto al camino, cada uno debe encontrarlo. Fue que entendí el verdadero significado de ser un “sensei”…

Y Dios…? Dios está en el bar de la esquina, viéndome pasar y esperando pacientemente a que yo vaya a su mesa a charlar. Y aunque en su mirada hay orgullo por lo que soy, también hay preocupación porque teme que crea demasiado en mi “omnipotencia”… y yo, yo miro con recelo a aquellos que se sientan en las mesas cercanas, y toco las marcas de las flagelaciones que me proporcionaron en su nombre…

La segunda parte de la novela es muy diferente, y a mas de la mitad de los lectores creerá que es otra persona la que lo escribió,…pero si leen entre línea y observan como se desarrollo se darán cuenta que no hay nada mejor que correr de la supuesta seguridad!!

Dios está siempre presente aunque no le hable y siga creciendo por mis propios medios.

Estoy dándole fin a una historia que creía que era para siempre.

Dejo que otras personas entren en mi alma, que, aunque pueda salir lastimado, es la única manera de conocer los sentimientos.

No hay miedos, mas que el miedo a no encontrar mas nada que temer para poder superarlo y no tenerle mas miedo.

No hay más errores, salvo el error de no aprender del error.

Y aprendí que la frase “el que calla otorga” la inventó un estúpido con miedos, y apurado. El silencio a su tiempo y de forma concienzuda es la mejor respuesta hasta que sea precisa las palabras!!

Y comprendí que “Si Se Puede Elegir A La Familia”. La sangre no une, sino el espíritu. Un padre no es quien te trajo al mundo, sino aquel que da su esencia para que uno crezca. No le debes a un chofer de bus mas que las gracias por llevarte a tu trabajo, ese es su objetivo…de cualquier manera uno irá a su trabajo por otros medios.
Quizás nos hubiéramos llamado diferente, tendríamos otro rostro, otro sexo, y hubiésemos crecido al otro lado del mundo…pero que nacíamos, nacíamos!!

“Todo se reduce a saber nuestra procedencia real y reinar con soberanía nuestro espíritu”, me dijo Tony mientras mojaba sus bigotes en una taza de café zen.
David se rió por lo bajo: “Es que la mayoría de la humanidad tienen la profundidad de un baso de agua”;
y Robert carraspeó para luego decir: “…o se pelean por el océano solo por tener una botella con agua de mar adjudicando su sabiduría…y quien realmente conoce la profundidad del mismo?”.
“Solo hay que saber dejarse enseñar y contemplar. Un grano te dirá si será un buen café”; todos reímos ante la descripción de Tony y su obsesión por el café perfecto…

“Hace poco” dije recordando a un amigo músico, “alguien dijo…cuando tu miras las olas, yo ya estoy en el mar…”.

Y cuando tu miras a las nubes, yo ya fui cielo…

Sensei Juh.

lunes, 14 de septiembre de 2009

A new beginnings.


Hay sentimientos que son como una enfermedad terminal:…o aceptas lo que te sucede y vives plenamente, aprendiendo y disfrutando lo que te queda de vida…o, lloras amargamente y pierdes tu valioso tiempo en el planeta dejándote morir. Claro que ambas decisiones te llevan a la muerte, pero de muy diferente manera. En la primera llega como un respiro, casi una bendición…en la segunda con temor y culpa.
Es verdad que la primera opción es difícil, y que lleva un tiempo convencerse, pero el resultado es quizás más enriquecedor que el que nada hubiese pasado; porque aprendemos y revaloramos eso precioso que tenemos: La Vida Misma.

Al llegar, no recordamos que nos dijeron: No es fácil…y aunque a veces se torne una real mierda, “puta!!! Que vale la pena estar vivo”!!.

Bueno, no negaré que en estas últimas semanas tuve de mis tristezas más grande, que he andado pateando mi corazón por el piso, y que mis contemplaciones no tenían respuesta al koan mas difícil que me plantee (“Que siente tu corazón, Juh?”); pero también tuve unos días felices, maravillosos, lleno de inspiración, amor y dolor por igual. Y seguramente eso es lo bello, “la experimentación de los sentimientos”.
Intento convivir con una prueba y dejo una puerta abierta a la duda (aunque mi alma a puesto punto a un capitulo), dije “Suficiente” a una historia que me llevaba “a casa”, o me recordaba cuando era un joven, sabio y asustado, inexperto y perspicaz, extrañando a toda hora una dulce y pequeña alma.

Y esto conllevó dos cosas: Pensar en la vida que llevé y en una nueva etapa. Cerrar o solucionar algo conocido; dejar ser a alguien que recién transita por la vida adulta; quedarse y ver de que forma se puede rectificar un modo de vida;…o irse al otro lado del mundo para escribir un nuevo libro.

Acaso estas peripecias de la vida apabullan mi alma de Sensei?
No…y eso es lo bello del Zen. No hay ostentación mística, no hay culpa, ni pecado, ni error, no hay solemnidad santurrona, ni le rindo cuentas mas que a mi mismo (aunque toda acción tiene consecuencias). Y ahí está la vida regalándonos su magia: “Que hermosa mañana, caminaré por el bosque, bajaré al pueblo a comprar los víveres…me fumo un pucho en el bar, y vuelvo al dojo con un paquete de café para invitar a zapar a Tony Levin esta tarde…Hoy aprendí algo!!”

He visto monjes maestros evolucionados y elevados en los templos orientales puteando a los cuatro vientos y haciendo berrinche…y luego, con expresión de paz, levantar su pulgar confirmando que tiene paz…todo esta bien en su sonrisa.

La semana me trajo sus alegrías. Mis discípulos son una bendición: La alegre Hana, de bello rostro somnoliento e ingenuo, con sus rizas y sus ganas de ser “la mejor bajista”. Vicky, el diamante oculto, con un sentido melódico del rock y su virtuosismo nato. Marian, mi amigo-confidente-mano derecha, el cual es mas grande de lo que el mismo puede imaginarse. La enigmática Linkita (o bien llamada Sophia Black), de mente astuta e inconcientemente manipuladora, unos oídos perfectos, y una habilidad de aprendizaje sorprendente. Rafa, el adulto joven que vive el blues y juega en la fusion, en la psicodelia, y se anima a nuevos desafíos guiado por un corazón lleno de vida.
Andrés y Genaro son mis querubines, mis discípulos, mis maestros….somos una trinidad!! Brenda, una chica con espíritu maternal, y Maia, una deidad vestida de damita.
A veces uno se olvida que la vida de uno esta ligada a otra por vidas y eternidades. Un mensaje, un llamado, lágrimas y rizas, y las ganas locas de comprar un boleto de bus e irse a su casa por unos días para ver como dos almas evolucionadas pueden ser en ocasiones tan estúpidas…

Pero también están aquellos que visitan el “dojo virtual”: Freddy, un guitarrista talentoso y con un don especial por la música virtuosa. Haru San, la revoltosa, picara y divertida mujer-demonio. Ella me a ayudado mucho en estos días. Robert, el tano, un compañero de viejas rutas. Mia, la violinista de porcelana del Japón. Miyico, otro jedi de la guitarra eléctrica. Y el educado y siempre correcto Christopher, que lucha entre el deber y el sentir…

Y claro, Poler (Paul), Panix (Gian Luca), y especialmente Jaka (Tetsuya), ellos son mi compañeros en este planeta. Vinimos juntos y nos volveremos juntos (con o sin “la jefa”, ja ja ja)

A todos, y cada uno de ellos: Gracias!!

Bueno, la semana comienza y en esta mañana hago una reflexión de todo lo ocurrido…
Aun tengo resonando en mis oídos la excelente jam del sábado por la noche en el bar de Jack. Mi hermano Die vino de visitas y no tardamos en organizarnos para rememorar la época de la Pastrami Trio Fusion Experience. Comenzamos a las 10 y terminamos a las 2 en lo que fue una experiencia sonora alucinante. No es que no esté acostumbrado de tocar con Jack y con Die, pero siempre nos sorprendemos con lo que la Música nos susurra. Esa noche fue muy progre con algunos vestigios de jazz y fusion, pero que poco duraban porque siempre aparecía esos bellos e intrincados pasajes que nos recordaban a un desaparecido Motherland, pero más maduro y algo jazzero. Tocar con mi hermano es un placer, mas allá de la unión y simbiosis musical-espiritual, porque el es uno de los mejores bajistas del mundo (y lo digo con razón de conocimiento). En cuanto al pirata Jack, estamos conociendo una faceta dura, rebuscada, oscura, pero madura y llena de groove. Su interpretación en la batería casi “Crimsoniana” hace pensar que ese baterista que alguna vez acumuló ritmos latinos, hoy sea un aporreador de tachos manejando complejos ritmos, y disfrutando de lo experimental como si fuese un sexo frenético y adictivo!! Solo tengo una queja: No hubo wisky, y la champaña con helado de limón, aunque rica, se me hizo poco rockero y casi gay, ja ja ja!!

Domingo, día de ensayo, pero la banda estuvo incompleta. Marian (que además de ser un excelente guitarrista es uno de los mejores pilotos de Turismo Safari (una especie de Paris-Dakar de Sudamérica) del país) tenía carrera, y nuestro ángel Annah tuvo algunos “cruce de opiniones” con sus padres por lo que no pudo asistir. Y lo que hubiese sido un frustrante día de ensayo, con el freetles bass de Ova y el piano de Joseph, acompañados por mi guitarra de cuerdas de nylon, convertimos ese día en una tarde de jazz-oriental-tango-progre. Hermosas y finas melodías que se enraizaban al alma!! La mierda!! Que definición!!

De todas maneras, aun pesa la tristeza pero es llevadera…Hay cosas que siguen dando alegría…
Hablar con mi hermano mayor adoptivo, Vigo…
Planear una tarde guitarreada con mi hijo (también adoptivo) Kijuh “el gata”…
Reencontrarme con un viejo amor, y mi ascendencia en las tierras del sol naciente…

…y pienso, a pesar de todo lo vivido, que la vida recién comienza. Que bueno, no?
O así estoy hoy de optimista, con mate en mano y Piazzola sonando en la habitación…

Sayounara, che!!


Sensei Juh.

domingo, 30 de agosto de 2009

Me duele una mujer...


Abro los siete mil candados que protegen el cofre de mi locura, guardando allí mis alegrías y penas. Y en cada línea de mis letras, casi imperceptible, esta el grito ahogado, de nostalgias y recuerdos, llamando con el alma a una mujer. Ella, que se esconde en mil cuerpos dentro de los sueños en los que quiero vivir. Siempre una pena, una decisión, algo que me aleja de ella pero que me mantiene unido por la eternidad.

Me duele una mujer en todo el cuerpo…

Las hojas amarillas y la letra aniñada me muestran que aun en los primeros tiempos ella me buscaba, y estaba a mi lado…pero nunca permanente.


Desgarra mis entrañas y desmorona mi mente. He de volverme loco, todo se remite a ella. Suave en aroma, delicada en sus movimientos, mística en su mirada, cómplice en su silencio.

Varias veces creí encontrarla en este tiempo. Pero ella visita un cuerpo y luego se va, y luego insiste como intentando despertarme de mi somnolencia humana. Ella quiere que la ame a su manera y me visita cuando mi temple tiene un escudo. Maldita y bendita seas!!!

Me duele una mujer en todo el cuerpo…

Ríe entre sus cabellos dorados, que se oscurecen en la luna, y que castaños quedan en los jardines. Como sus ojos, cambiantes, tan claros y fríos, o tan calidos y oscuros.


A veces te veo en la calle entre la gente, algunas veces pasas ante mi jardín y sonríes mientras llevas un niño de la mano, otras, eres una jovencita escondida en traje de discípula...


Quien realmente eres?


Sonríes tras el rostro de una niña invitándome a jugar.
Me seduces con la picardía adolescente, viendo en mi a alguien de quien aprender.
Me rosas con tus manos de mujer experta, de quien sabe de amor y de dulce malicia.
Me llevas de tu mano anciana, hermosa de cabellos canos, con la ternura de un amor sabio…

Y yo, diferente al resto me siento, y a voluntad soy joven, soy viejo; enjuto, recio, soñador y despierto, plagado de imágenes que evocan soledades infinitas. Alguien que camina por la vida aguijoneado por un deseo intensísimo de saltar desde mi dolido pecho hacia el vacío. Alguien cegado por la nostalgia de lo que jamás conoció, alguien que extraña un rostro que solo vio en sueños…


Tú, mujer de otros tiempos, lo sabes. Tú me dueles…

Por eso siempre diré hasta encontrarte:
Me duele una mujer en todo el cuerpo…



Juiahnn

martes, 11 de agosto de 2009

Cielos de unos minutos de Eternidad.


No habíamos preparados los bolsos… pero estábamos decididos a partir hacia ese atardecer que se ocultaba frente a nuestros ojos. La bóveda celestial se adornaba de índigo y carmesí. Nuestros cabellos se tornaban cobrizos y su rostro, embellecido por el reflejo crepuscular, se mostraba tímido. Sus ojos jugaban entre mi mirada y un sol que corría al otro lado del mundo…
Deslumbre lo eterno en esos minutos, en una luz que se extinguía, y en el brillo de su hermosa alma…
Como en todos aquellos atardeceres que compartimos cuando somos “nosotros”…

Entrada la noche entregué mi alma al sonido, ya maduro, de vidas transcurridas.
Almas perdidas que destellaron música, llenando de sentimientos los rincones del bar de Jack. Orgulloso de los que allí fueron y desnudaron su espíritu para estar a mi lado en 77 canciones de alegre dolor y un odiado amor.
Ya sin vodka ni wisky, cada uno regresó a su puerto…

No hubo principio ni fin en esos días, y tres fueron dos y dos fueron uno; y tres fueron uno; y el cuarto (desesperado por ser parte de uno de sus minutos) fue uno…

Y el descanso dominical se transformó en un verano escandinavo, de un fresco día soleado, en el que el soul pintó el ocaso, y un blues se armó con nocturnas estrellas.
Y aun sin mi mano derecha, el tranquilo y el maduro me siguieron, y fuimos cautivados por la voz del Ángel de mi Sonido.
Bendita eres porque cantas mis penas, mis deseos, mis añoranzas y mis tristezas, y en tu fuerza y pasión, dejo yo mismo mis fuerzas y mi dolor… hasta dejar la guitarra y apagar el amplificador…

…y entonces vuelvo a pensar en ella.

Juiahnn

viernes, 31 de julio de 2009

En el camino...


El aire de aquella tarde era especial, algo electrificado, como si hubiese pasado una gran tormenta y luego el cielo se limpió para vestirse con las últimas luces del día. La noche llegaba lentamente…

El paisaje era llano, y el horizonte del campo se perdía con la oscuridad.
Por la ruta llegaban algunos camiones que se detenían en el restaurante de la gasolinera, pues la hora de la cena estaba cerca.

Éramos un pintoresco grupo que solo nosotros sabíamos que hacíamos allí. Para cualquiera hubiera parecido un grupo de feligreses o estudiantes de teología comiendo unas ensaladas con el vicario y sus ayudantes en las instalaciones al aire libre. Pero lo cierto es que allí había dos personalidades cruciales en la historia del rock progresivo, aunque ellos no se daban esa importancia…

Hacía solo unas horas atrás habíamos dado un concierto en el teatro de un pequeño pueblo. La gente que asistió no sabía de nuestra disciplina y filosofía, no sabían de música experimental o progresiva, no sabían quién era “el maestro de ceremonia”, mas solo que era un extranjero que estaba dando clases de guitarra allí. Pero toda esa gente, humilde y sin pretensiones, disfrutaron y apreciaron la belleza sonora de aquel espectáculo.

Alguien del grupo, la cual era muy creyente, comentó que Cristo era el medio para llegar a Dios… Todos supimos a que se refería y miramos a aquel que fue el mediador para llegar a La Música.

Quien hubiera pensado que a un lado de la ruta, en esa parada de camioneros hubiera tanto misticismo!!

Brenda, Andrés y yo, llevamos las bandejas de ensaladas a las distintas mesas, y cuando nos íbamos a sentar en una apartada al grupo, el maestro nos hizo señas indicándonos que allí había lugar.

“…y entonces la iglesia se aparto de la verdad de Dios, así…”, dijo con su disciplinado acento ingles mientras ejemplificaba la distancia colocando su baso al otro extremo de la mesa. “Todo se convirtió luego en Secretos Sagrados, y aquel que se interesaba en ello era acusado de conspirador y hereje…”. Hizo una pausa de silencio y esperó a que nos sentáramos para continuar: “…y luego así creció el rebaño ciego.”

“…entonces…”, balbuceó una joven: “…nacemos sin alma?”

El maestro la miró con amor y ternura al advertir cierto temor en su voz:
“Nacemos con una pequeña llama que se extingue con los limites de lo que creemos conocer. Hay que alimentar esa llama,…y si, hay que construir un alma.”

Si bien ese concepto no era nuevo para muchos de nosotros que ya estábamos en El Trabajo, el hecho que el Maestro lo mencionara era una revelación.

“Es como el sonido”.

El Maestro miró con afirmación a su amigo que estaba parado a un lado de la mesa, y él sonrió detrás de sus anchos bigotes y levantó su taza de café como agradeciendo el gesto.

“Si, es como el sonido. Todos nacen con sonido y hasta pueden disfrutar de la música, pero para estar en ella hay que construir un alma sonora, hay que conocer el sonido y trabajar en ello. Solo así logramos hacer música”.

“El despertar es como aprender a oír?”, exclamé, mas afirmando que preguntando.

“Si, pero es mas que eso…”, y al observarme mi cuerpo se estremeció: “…una gran verdad es que hay muchos buenos músicos que comprenden la teoría, pero su resultado es egoísta. Seguramente pueden construir buenas cosas, pero su objetivo no es el ensalzamiento de la Música”.

Una bella mujer, de rostro juvenil y cabellos rizados rubios, puso el servilletero entre el plato y el baso del Maestro, y exclamó: “En la cultura teocrática se dice que los demonios también tienen poderes, y que muchos de ellos parecen ángeles.”

“Gracias, Virginia”, le dijo, y ella le contestó con una bella sonrisa.

Siguió hablando tomando simbolismos teológicos:
“Hay falsos Mesías?” pregunto recorriendo con su mirada a cada uno de nosotros.

“Si” contestamos casi al unísono.

“Entonces…Hay Mesías!” dijo poniéndonos a prueba.

Aquí mi conocimiento teológico no tubo lugar, porque sabía que era un “Koan”, una pregunta Zen. Todos somos Mesías de uno y de nadie, pensé. Pero cual era la respuesta?

“Juiahnn…” exclamó al mirarme, “…tienes un héroe?”

Me sonrojé como niña colegiala enamorada de su maestro. Él se dio cuenta y me miró orgulloso pero serio. El segundo de silencio pareció eterno… La noche apareció como de repente.

“La Música no es el arte de combinar los sonidos. No todo el que mezcla colores es un pintor, no todo el que escribe es un escritor…”, llevó un buen bocado de lechuga a su boca, y luego de una pausa concluyó:

“La Música sin Espíritu no es correctamente Música.”

Tony y Virginia se agregaron a la mesa y comimos todos en silencio bajo esa noche especial.


Juiahnn

sábado, 25 de julio de 2009

Café, canela, y un poco de Ki...


“El té revela el espíritu de la persona” le dijo el sabio luchador nipón a su contrincante chino. “Cuando éste es de buen corazón, el sabor se resuelve en un buen té…”

…Y aunque la película “Fearless” no sea un documental sobre la filosofía oriental, entre combates y luchas deja pequeños tips de esta sabiduría…

De esto es algo seguro, y comprobado entre los maestros. Compartir una bebida revela mucho de la persona…

Amo el té en todas sus variedades; la malta caliente me reconforta; el chocolate me invita a una merienda; el sake a contemplar mi entorno; la cerveza a sincerarme con un amigo; pero el jazz y los bares del mundo me enseñaron a degustar un buen café y conocer a la otra persona.


Un buen café tiene sus secretos. Para mi, debe estar recién molido, las tazas calientes, algo fuerte, una pizca de canela,…y un poco de buen “Ki”.

El Ki (Qi) es la Energía Vital que fluye por La Naturaleza y por Todo, y es la base de la existencia. Con disciplina y meditación se puede controlar y utilizar esta energía, a través de diversas técnicas, acrecentándola, acumulándola y distribuyéndola por todo el cuerpo o usarla en forma concentrada.
De alguna manera, nuestra personalidad, influye en el Ki que poseamos; teniendo mucho o poco, positivo o negativo. Un mal Ki puede hacer que un ambiente sea tenso, mientras que un Ki positivo hace de un sitio un lugar de paz.

Esto es una verdad y lo voy a explicar, no como un maestro zen, sino “a lo criollo”: Notaron alguna vez a ciertas personas que se les dicen “mala onda”, o que su presencia hace denso el “ambiente”? Esa persona, de poco Ki, o de un mal Ki, hace que sus “vibraciones” de energía disientan con las del resto. Como si desafinara en una orquesta. O están aquellas que no logran ver un “milagro” frente a sus ojos. Éstas, tienen poco Ki.

De este lado del planeta, sobre todo entre escépticos, es raro hablar de Ki, pero nada como una cafetería o un bar para ver como influencia en la persona, y por ende, en el sabor del café.

Es un método que uso…invitar a “un café con Sensei” (Ya hablaré sobre la cerveza).

Hoy quisiera destacar un buen café, y es el que tomo con mi discípula Hana…
…café molido…
…tazas calientes…
…un poco de canela…
…y una pizca de buen Ki!!

Por el ambiente tranquilo y distendido, espiritual y divertido, por la buena vibra y el jazz-funk, por el día fresco y su compañía…
…es ese el café de la vida.

“Hey, Hana, compartes un café con Sensei?
…A Coffee of the Life!!


Juiahnn









sábado, 18 de julio de 2009

Mi lugar en el mundo.


La oración de la mañana quedó vibrando en mi interior, y parecía que aun reverberaba en las montañas. Yo cantaba para mis adentros, pero al ver el rostro de los otros monjes, supe que no era el único. Cada uno tenía su canción interior.

Remover la tierra del huerto y limpiarla de malas hierbas puede ser una de las tareas más agradables y profundas de la vida. Si se está en un estado correcto y con paz interior se puede percibir algo más que un trabajo de granja: es el cuidado de aquello que nos da fuerzas físicas.

Una bella zorra, a la que en el templo apodamos Hanami, se paseaba por entre el camino de la arboleda. “Quizás seas el espíritu de una doncella seduciéndonos”, pensé.

Más arriba, el cielo diáfano y límpido, celeste y profundo…

Casi me había olvidado de donde venía y que había sido mi vida antes de venir a este lugar perdido y olvidado, más no menos importante.

El templo fue construido en refinadas madreas por unos ronin del tiempo feudal del 1300, que, al haber perdido a su amo, dedicaron su vida al Buda.
La construcción no es muy grande, pero es artesanalmente maravillosa. Aquellos ronin buscaron el satori en su construcción y dedicaban meses en la talla de una columna o en el pulido de los suelos.
Cuenta con una habitación en donde allí se hace casi todo. Una especie de “hori” en donde el “kotatsu” (como un bracero) esta encendido todo el tiempo. Subiendo por unas escaleras, no a una segunda planta, sino a una continuación (el templo esta construido sobre una ladera siguiendo su inclinación), está el lugar de meditación y oración. No hay una imagen de Buda, ni estatuas. El humilde templo cuenta con una especie de “tokonoma” en donde cuelga unos escritos sagrados, y unos arreglos florales.

“En la montaña cualquiera es buda” me dijo Rikku, “aquí no hay tribulaciones. Pero qué sucede al bajar al pueblo y enfrentar la vida ordinaria de los hombres de mundo? Por eso es importante llevar la montaña a nuestro interior.”
Me dirigió a las habitaciones para que ponga mis pertenencias en el armario de los futones, y me entregó una túnica sencilla pero de buena tela: “Y aun así” agregó, “la montaña no es para todos. Hay que tener valor para abandonar el mundo, y un gran espíritu para alimentar el alma”.

Aquel día me parecía lejano y estaba fresco en mi mente. Quizás halla pasado toda mi vida en aquel pequeño templo, o había sido apenas el día anterior cuando había llegado: Vislumbré el infinito en unos segundos!!

Por la tarde, siempre hacía algo que alegraba mi alma: me adentraba en el bosque con Haraka en busca de frutas secas o leña para el kotatsu, iba hasta el lago, al otro lado de la montaña, a contemplar el relejo con Uryu (“el aire y el agua siempre están unidos. Los separa “la imagen”, yo creo que en eso el feng –yui se equivoca” me decía como en secreto), tocaba la guitarra en los jardines de la entrada junto a Soeda que me acompañaba con el biwa, o simplemente me quedaba en la terraza del este, meditando al atardecer, contemplando los últimos rayos de sol dorado, pincelando el cielo carmesí, mientras que las sombras que cubrían el mundo, allí debajo, poco a poco subían a la montaña.
Éramos solo cinco los que habitábamos en aquel templo, y muy pocas personas pasaban por allí, pero las puertas estaban abiertas siempre...

Hoy, en cada atardecer, algunos pensamientos son hacia aquel lugar y para aquellos monjes que fueron mi familia. Quizás alguno no estén, no lo se… pero sí se que volveré, y entregare mis días allí. Seré viejo y sabio, o regresare a mi juventud y la zorra que paseaba por los alrededores por fin se transforme en la “doncella Hanami” y caminemos eternamente en el prado del satori…


Hoy puedo estar por el mundo, viajando, trabajando, haciendo vidas, pero siempre en los momentos de paz regreso a la montaña, porque aquel lugar quedo en mi interior.


Juiahnn

miércoles, 8 de julio de 2009

Experimento musical. Parte 1.

Hace unos meses recibí un mail con una historia, o algo así como la narración de un experimento social: En un metro de la ciudad de Washington, USA, un joven tocaba el violín. Se oía un repertorio de Bach, bello, pero la gente apenas se detenía a mirarlo y solo algunos pocos pasaban y le dejaban unas monedas en el estuche. El joven violinista se tomaba un leve descanso entre cada interpretación. Los niños eran los únicos atraídos por la belleza de su música pero eran arrancados de su ensoñación por los apurados padres que los tironeaban para seguir viaje. Al finalizar el día el joven músico había recaudado algo así de 32 dólares…
Lo que las personas no se habían percataron era que ese joven era nada menos que Joshua Bell, uno de los mejores violinistas clásicos, interpretando bellas y complejas obras en su violín tazado en 3,5 millones de dólares, y que sus conciertos no son nada baratos… Y él estaba allí, gratis, entregando su alma a un público que, tomándolo por un músico callejero, apenas notaban su existencia, pero que de seguro dos días después pagarían la localidad que algunas llegarian a sifras superiores a los 1000 dólares para ver a Joshua Bell en el teatro…



De esto puede salir muchas conjeturas, y casi todas ciertas: Que las personas están tan ensimismadas en este mundo moderno que no se regalan tiempo para ver algo bello como el cielo de la tarde, las nubes de la mañana, un árbol, una flor, un perro, o un artista callejero… Que las personas perdieron el gusto por el arte y solo ven, en este caso la música, su utilización como un adorno de la vida y no como una fuente de vida… o, que las personas son tan esnobistas que solo hubiesen aparentado disfrutar si sabían que el músico callejero era Joshua Bell… Cualquiera de estas conjeturas muestran la carencia espiritual de las personas de hoy.

Esto me recordó a una leyenda urbana que escuché en los estudios de grabación en Los Ángeles a principios del nuevo milenio. Allí, en pleno centro de la ciudad hay un negocio de instrumentos musicales, uno de los más grandes y concurridos, y que de vez en cuando se ve a algunos músicos conocidos dando clínicas y tocando jams. No recuerdo bien el año… creo que era en la primavera Americana del 2001, un sábado por la tarde en donde el local se llena de aficionados que van a probar instrumentos o a hacerse ver “que tan buenos son”. (Confieso haberlo hecho de adolescente, hasta que un hombre mayor me dio una lección de maestría guitarristica que destruyó mi ego, ja ja ja). En algún momento, un joven que rondaba los 30 se acerca al comerciante y le pide probar una Ibanez PGM 900. El comerciante, sonriendo con cierta picardía, llama a un empleado que apenas había pasado la adolescencia para que lo guíe hasta la sección de guitarras y pueda probar la requerida. El joven siguió al empleado. Llevaba el pelo corto y despeinado y usaba gafas ligeramente oscuras. Tenía una pequeña barba de apenas días, y estaba vestido mas bien como un neyorkino que como un californiano. Lo acompañaban una joven oriental y un hombre apenas mayor que él, pero sin ningún aspecto en particular. El joven visitante se sentó frente a un amplificador Laney GH 100 L y enchufó la guitarra. Reguló la ecualización y comenzó a tocar un preludio de J.S.Bach. En cuestión de segundos se vio rodeado, no por un público que lo quería escuchar, sino por casi una docena de jóvenes guitarristas que se pusieron a probar instrumentos a niveles desconsiderados y a intentar pasajes complejos a alta velocidad. El extraño visitante rió y comentó algo en japonés a sus amigos y siguió tocando, esta vez una pieza melódica seguida de una exhibición de tapping. Los otros guitarristas frenaron durante unos segundos para oír lo que éste hacia y volvieron a hacer su rutina pero a mayor velocidad y con algunos “trucos” de lecciones por video, y hasta se envalentaban en dar comentarios como: Quien se cree que es? No es nada especial lo que hace? Eso yo lo hacía cuando era un estudiante? Hey, man, podrías bajarle el volumen?
El joven se batió aun mas su cabello y levantando los hombros como diciendo “que hago?” se puso a tocar un tema de The Beattles seguido de un solo infernalmente veloz. Al concluir, el dueño del negocio se acerco aplaudiendo y diciendo: “Un fuerte aplauso para nuestro invitado que dará una clínica esta noche: el señor Paul Gilbert”. Los que estaban allí, a su lado, compitiendo por ver quien era el mejor guitarrista, se quedaron mudos. Algunos huyeron, otros se acercaron humillados, y otros curiosos por el simple hecho de que sabían que un tal Paul Gilbert era famoso.


Hacía un poco más de 5 años que MR BIG había sacado su último disco de estudio con Paul Gilbert, y de hecho en aquella época (1996) ese estilo de música ya no estaba de moda en USA. Paul Gilbert había comenzado su carrera solista a finales de los 90, y para ese acontecimiento en el local, ya tenía tres discos en su haber que eran furor en Japón, donde residía Paul. Con su nuevo look de pelo corto y no tan roquero americano estaba comenzando una presentación por USA de un nuevo modelo de Ibanez PG.
Alguien le preguntó a Paul que opinaba de “esa actitud egocéntrica que tienen la mayoría de los guitarristas”, a lo que contestó con su afable sentido del humor: “Los guitarristas tenemos que ser nuestro propio publico…habemos tantos!!”

Acá no comentaré sobre las personas comunes, sino sobre el propio músico o aspirante a músico. Es verdad que hoy muchos pueden emular a otros guitarristas y hasta tocar una pieza mejor que la versión original, pero, donde quedo la humildad y la admiración a lo bueno? Esto lo veo mucho en el ambiente guitarristico: Se critican unos a otros y a la vez piden admiración. Siguen a un guitarrista en particular porque tienen un nombre, pero critican a “su vecino porque intenta imitar a Jeff Beck”!! Seguramente, esos violeros del local de música, si se hubiesen dado cuenta que el “desconocido” era Paul Gilbert hubiesen vitoreado el mas mínimo movimiento de dedos en lugar de intentar competir y mostrar su maestría… Muchachos, no es hora de que toquen con el corazón y dejen de hacer gimnasia de dedos? No es momento de darle crédito “al vecino por tocar las canciones de Jeff Beck”? A quien quieren impresionar tocando rápido y haciéndose los difíciles? A los músiquitos aspirantes de “guitar hero” no les importa porque “siempre ellos son mejores”; a la gente común no le impresiona los malabares, puedes sorprender con 10 segundos de velocidad pero luego los aburriste; y por último, el guitarrista experimentado sabe si realmente tocan con solo escuchar tu feeling… Se entiende?

Contrariamente a la veracidad del dicho, en este mundo actual “el hábito SI hace al monje”…. que lamentable!!

Como sea, Paul aun se ríe de aquello…








Juiahnn

lunes, 29 de junio de 2009

Un buen principio de invierno.

En la madrugada sentía el viento golpear fuertemente la ventana. El tejado lo cortaba. Estaba muy oscuro… Recordé por unos segundos el pronostico: “Fuertes vientos del sector sur y posibilidad de tormentas”… Seguí durmiendo.

Tuve un buen despertar, con vestigios de otros mundos, mi hogar, y desayuné bien acompañado. Afuera, llovía. Un rato más en la cama no me haría mal…

Sigue lloviendo y el café de media mañana perfuma la cabaña.

Lunes, principio de semana y comienza la actividad del dojo. Cual será el koan para cada discípulo?

Durante la semana pasada aproveché lo que yo llamo “el verano escandinavo”. Días soleados y bien fríos. Un deleite!! Después del almuerzo salía a caminar por el pueblo y el bosque, a veces en silencio y otras escuchando música. Esos días opté por recordar mi sangre escuchando la discografía de Lumsk.

Llegó el sábado, y como había prometido, fui a visitar a la familia de unas discípulas. La mañana era invernal y cálida. Caminé sin apuros entre la arboleda pero llegué puntual. Linkita me dio la bienvenida con una alegre sonrisa: “Sensei!!” me dijo mientras caminaba hacia mi llevando unas pantuflas “garras” de peluche. En la puerta, Haroku me abrazó contenta; ella llevaba puestas unas pantuflas similares.
La casa me llenó de buena energía. Era sencilla, bohemia y llena de magia. Me recordaba a las viejas estancias, pero su interior tenía un aire a esas cafeterías literarias de Paris, sobre todo por un rincón muy calido en donde estaba el hogar (chimenea), una fuerte mesa de madera oscura y una lámpara de pié. Las paredes estaban decoradas con “decupage” y afiches de películas. La mamá de las chicas me saludó con gran afecto y se puso a preparar unos tés. Su rostro, bellamente luminoso, daba paz a la casa, y a su paso dejaba una estela ambarina de energía. Apareció el padre de las chicas; un hombre afable, honesto y con el temple de los hombres de antes. El círculo se cerró cuando de las habitaciones salieron el resto de la familia: un niño con una fuerte energía (aunque con una cara de pícaro que lo vendía) y una hermosa niña somnolienta. Hacía tiempo que no me sentía tan cómodo como huésped… me recordó mucho al ambiente que se hacía en “La Cafetería de la Abuela” en las fronteras de Tesareg cuando estábamos patrullando esas tierras en épocas del conflicto territorial con la Confederación. A mi mente llegó el recuerdo de Jakaru, Poler, Shiva, Panix, Deewi y Pemeda…

Mientras teníamos de fondo la música del DVD del concierto “Crossroad”, la charla familiar era variada, interesante y amena. Lamentablemente yo tenía compromisos al mediodía y el tiempo pasó volando. Hable por unos minutos más con Linkita y Haroku sobre como repartir la energía en su cuarto. Regresé a mi hogar con una agradable sensación y con la promesa de volver.

La tarde había caído y a las 7 en punto (con su puntualidad zen) llegó de visita mi buen discípulo Jay-Sam (del cual hablo en http://juiahnn.blogspot.com/2009/05/un-dia-en-mi-vida-de-sensei.html). Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, y realmente extrañaba su compañía. Esta vez optamos por el café molido italiano en lugar de la clásica malta o los litros de té verde. Como los viejos tiempos, como cuando él era un “pequeño saltamontes”, enchufamos las guitarras, y en total estado zen nos pusimos a tocar. Amé oírlo tocar. Jay mantenía su esencia, pero con su sonido pulido en el trabajo de la técnica sutil y las emociones sonoras. Realmente podía ponerlo a prueba y me enorgullecía verlo salir airoso. Arreglamos para que se juntara a la “jam” de los domingos junto a Joseph, Ova, y mi otro gran discípulo y amigo Marian.

El día estaba gris, pero dentro de la cabaña de Yoga de Joseph uno parecía olvidar que fue un día fastidioso de votación (no por el deber cívico, sino por el peligro que había con la gripe). A eso de las 6 de la tarde y ya con una vuelta de café, té y matecocido empezamos la jam. No se si está bien que yo lo diga, pero es mi orgullo de sensei: Hacía tiempo que no oía tal calidad musical. Éramos tres guitarras desplegando su arte en servicio de la canción. Tres sonidos diferentes. Tres voces diferentes. Tres personas diferentes pero con un mismo espíritu: La Guitarra Zen!!! Nadie se pisaba, entretejíamos nuestros solos y arreglos, nos apoyábamos unos a los otros. Y por primera vez tenía tocando a mis lados juntos, no solo a dos de mis mejores discípulos, sino que a buenos amigos. Jay y Marian, aunque no se miraran directamente, parecían entenderse. Supongo que fue algo especial para ellos. Cada uno oyó hablar mucho del otro, y ahí estaban por primera vez juntos. Ninguno de los dos hizo exhibicionismo ni gimnasia sonora, pero sus solos desplegaban tal madures y sensibilidad melódica que hasta al mas eximio técnico le sería un desafío emular ese feeling. Pero que hay de Ova y Joseph? Ellos eran el fundamento de la construcción sonora. Ova mantenía el tiempo implacablemente y entretejía sus bases con un buen sentido del groove. En alguna ocasión nos regalo un jazzero solo. Joseph, aun cansado por un largo viaje, estuvo a la altura de la ocasión, y a pesar que no hizo solos, fue de sus mejores performanses. Tocó muy suelto y con un sutil virtuosismo, llenando de arreglos y pasajes cada canción. Pareciera que el entrenamiento con los teclados vintage lo pulieron de manera notable.
En algunas ocasiones, yo dejaba de tocar, y me ponía como un observador y oía a cada uno de ellos y luego el resultado en conjunto, y si que era una “banda a la cual yo iría a ver”… y los que me conocen saben lo quisquilloso que soy con respecto a la calidad musical, ja ja ja!!
Regresé a casa cansado y un poco dolorido por el trajín de la semana, pero un baño reparador y una buena noche hizo que hoy me levantara fuerte como siempre.

Afuera sigue lloviendo. Los discípulos llegarán en cualquier momento. En el aire, el aroma a café y sándalo se entreteje con las melodías de Keith Emerson y Marc Bonilla interpretando una pieza de “Estancia Suite” de Ginastera. El teléfono suena y es mi querida discípula que me habla desde el otro lado del océano a 14 mil Km de distancia. Su risa me lleva a mi “hogar”…

Es un buen principio de semana, un buen principio de invierno…

Juiahnn.

jueves, 25 de junio de 2009

Vuelos y Jam.

Domingo 21 de Junio.


Llego el domingo y solo dos cosas tenía en mente y que bien merecido lo tenía: volar por la mañana y tocar por la tarde. Y aunque el día amaneció nublado y no muy propenso para disfrutar el cielo con un biplano, no me amedrenté y me fui para el aero-club con Brenda, mi discípula y compañera crafty. Allí nos esperaban Don Alfredo y su hijo Alejandro en la cafetería del lugar. Hablamos (con tortas y cafes de por medio) sobre el clima y el viento que había en el encapotado y alto cielo, lo cual nos dificultaría (casi imposibilitaría) la ascensión por sobre las nubes para ver el sol.

Sacamos el Tigre Mooth del hangar y luego de hacer las verificaciones apropiadas nos encontrábamos carreteando en la pista. Don Alfredo se quedo en tierra porque “le dolían los huesos”, mientras Brenda sacaba algunas fotos desde la pista de césped.
Alejandro efectuó un excelente rizo sobre el aero-club antes de que nos perdamos en el cielo. Yo estaba en la carlinga delantera observando el cielo y señalando las direcciones por donde ir. Aun así las nubes estaban muy altas y el viento golpeaba fuerte el aparato. No había aire ascendente que nos llevara a ver el sol, así que nos limitamos a volar bajo por sobre el campo.
Amo el frió, pero no voy a decir que no se sentía allí arriba, en una carlinga abierta, a 130 Km por hora y con una temperatura de 5 grados que te hacía gotear la nariz, ja ja ja! Aun así siempre es hermoso volar. Alejandro es un buen piloto y nos complementamos bien. Allí en el aire, volando, y con una distancia un poco menor de un metro entre una carlinga y la otra, las palabras se la lleva el viento, así es que nos arreglamos muy bien con señas, ademanes y gestos. Y estamos acostumbrados a quitarnos el cinturón (cosa que no se debe hacer) para estirarnos y pasarnos las tazas de mate cocido. Nada mejor que eso!!
Estuvimos un par de horas y yo lo disfruté mucho aun sin pilotar, pero Alejandro me dio la señal de que tomara el timón. No lo dudé y empecé con una barrena que hizo que casi perdamos el termo, ja ja ja!! Volé alto queriendo tocar las nubes pero nuevamente el viento nos lo impidió, así que me limité a hacer algunas acrobacias y luego buscar los claros en el cielo. A los 45 minutos miré el reloj y me di cuenta que había volado por hora y media. En vano miré el medidor de combustible, porque el de la carlinga delantera no funciona, aun así le hice señas a Alejandro para pasarle el mando y regresar al aero-club. Saqué cálculos sobre el combustible, y sabiendo como era Don Alfonso no nos teníamos que preocupar… Cuando ya divisábamos la pista, el motor comenzó a soplar y en un minuto la hélice se detuvo. Un biplano es el avión más seguro que se haya construido jamás hasta ahora. Puede planear sin ningún problema. Aun así nos miramos asombrados ante aquel suceso. Es verdad que no teníamos peligro porque podíamos aterrizar en cualquier lado y la pista estaba a unos pocos cientos de metros…el tema era el viento de cola. Si bien este nos ayudaba para llegar mas rápido, todo aviador sabe que en un avión liviano no es aconsejable aterrizar con viento de cola y menos si pega un poco de costado… No teníamos suficiente altura para pasar la pista, dar la vuelta y aterrizar como es debido con un biplano, así que Alejandro utilizó las enseñanzas de su padre para bajar el avión al principio de pista e ir manteniéndolo, luchando con un poco de viento de costado, hasta que se detuvo casi al final.


Después del reto de Don Alfonso (“Nunca se fíen de que otros controlen su avión porque todos creen que el otro ya lo hizo”) la llevé a volar un rato a Brenda. Luego Don Alfonso nos dio una “Master Class” de vuelo acrobático antes de guardar el Tigre Mooth en el hangar.

Regresé a casa, y después de un frugal almuerzo preparé mis equipos para ir a tocar a la cabaña de Joseph.

A las 5 pm Marian me pasa a buscar. El día seguía nublado, pero ya no me importaba. Cargué mi caja y cabezal artesanal “Twiled”, los cables y los pedales, y a último momento decidí por mi fiel PRS. Toda esa semana había estado tocando con la Strat para llevarla el domingo, pero “Woodie” me da mas placer.



Ni bien llegamos todos se dan cuenta del cambio. Hacía unos días que Marian se había cortado su “porra”. Cambió su look de pelilargo por uno mas formal. Así que después de las pequeñas bromas e indirectas (“Hey, hoy no vino Marian?”; “Juiahnn, trajiste a otro guitarrista?”) conectamos los equipos, hicimos ronda de té, y comenzamos con un prog rock “wakemanciano” en donde todos hacíamos gala de pasajes virtuosos y su turno de solos.
Marian sacó de su Telecaster un sonido muy “fenderiano”, mezclando mucho blues en un solo neo clasico. Muy rockero!! Casi rozando al estilo de Rory Gahlager!!

Después vino el turno de Joseph quien nos sorprendió con un torrente de notas bien seleccionadas con un sonido mezclado de clavicordio y synth moog.

El riff me dio paso para que haga lo mío, y aunque empecé con algo rockero la base me llevo por territorios en donde Randy Rhoads se hubiese sentido complacido.

Por último, Ova, dio riendas sueltas a su expresión y nos regaló un buen solo melódico pero ágil y hasta con tapping!! Esto se repitió por unos cuantos minutos.

Más té, y otra ronda de rock vintage…
En el medio conversábamos, filosofábamos o tocábamos alguna pieza aislada a la jam.
Tres termos de té después dimos finalizada la cesión a las 10:30 pm con una versión “poco seria” de un clásico que no me atrevo a mencionar, ni a decir las payasadas que hicimos…aunque todo fue sanamente. Es como “putear” de tanto en tanto cuando se tiene un buen léxico. Allí una mala palabra es graciosa. Lo mismo en la música…

Volví a casa, cansado pero contento. Me fui a la cama con un tazón de sopa de verdura y avena, y después a leer un poco hasta conciliar el sueño… Fue un buen día!!

Juiahnn.
PD: Disculpen el retrazo de la entrega de esta semana...

sábado, 13 de junio de 2009

Por la A1 de Londres a la ciudad del Sonido de Canterbury.

Hace 10 años no muchos tenían cámaras fotográficas digitales, y los celulares eran teléfonos de verdad. El único registro de una aventura era poder revelar las fotos de nuestras cámaras análogas, o la Polaroid instantánea, o comprar las postales del lugar y algún recuerdo. Todo se vuelve un souvenir: El billete de avión, el ticket del tren, la factura de la posada…

Éramos cinco: Pablo, Santi, Brenda, Andrés y Pía. Llevábamos una mochila de camping cada uno y nuestras castigadas guitarras acústicas crafties. Habíamos elegido como destino UK, Londres y luego ir de mochileros por la carretera A1 (Gran Carretera del Norte) con dirección a Edimburgo para llegar a Hertfordshire, más conocido como la ciudad de Hatfield. En esa época nos podíamos dar el lujo de viajar solo a un lugar y repetir los viajes cuantas veces se podía en el año. Era el famoso 1 a 1. El peso Argentino era equivalente a un dólar, y las monedas Europeas (aun no existía el Euro) no nos eran caras (de hecho viajar a España era una ganga!! Todo era baratísimo: 128 pesetas era 1 peso argentino!!).


Por qué decidimos ese lugar?
Por una preferencia netamente musical. Queríamos conocer de cerca donde nació el Sonido de Canterbury.


Este movimiento que nació a finales de los 60 y principios de los 70, tenía las características de mezclar la poesía con el rock, el jazz y la psicodélia. Bandas como Soft Machine, Caravan, National Health, Gong, y Hatfield and the North, son el sello del lugar, sobre todo esta ultima (que nos la pasamos escuchando durante la estadía) ya que sacaron el nombre de la ciudad y la connotación sobre la ruta.

Tengo un cuaderno lleno de notas sobre ese viaje, con recortes de diarios, fotos, y anotaciones con direcciones de los amigos que hicimos. Hay mucha aventura allí, y eso que solo visitamos los lugares emblemáticos como la escuela, los bares, viejas posadas, las casas de algunos músicos, y el campo de las afueras. Pero en cada una de esas salidas conocíamos a algún personaje especial, vimos bandas estupendas, tomamos buena cerveza y licores, dormimos desde un hotel cinco estrellas hasta al aire libre en el campo bajo el cielo de una noche otoñal. Tocamos nuestras guitarras en las plazas, nos conocimos más íntimamente entre nosotros y nuestra amistad se fortaleció para toda la vida. Nos peleamos entre todos, nos arreglamos, nos quisimos, nos odiamos, dormimos en habitaciones diferentes y en otra ocasión dormimos todos en una misma cama o en el suelo de la estación.

Pablo era el mas serio del grupo y era el mas experimentado en viajar. El sabía como tratar a la gente y sacar lo mejor, pero en ese viaje hicimos que se descontrole y se desacartone…al regresar era otro.

Santi era el bromista. Todo tenia un sentido humorístico (y sarcástico) aun en los peores momentos como cuando habían dejado de funcionar los transportes a media noche y nosotros estábamos en medio de dos ciudades bajo una intensa lluvia, y él, con total liviandad decía que eso era “típico de Inglaterra”.
Brenda, dulce y optimista. Gracias a su cara angelical, su buena educación y su acento para hablar el ingles nos abrió muchas puertas. En 10 días la conocí más que en los cuatro años que la llevaba conociendo. La amé como a mi mismo…


Andrés (Novesky, el polaco, mi discípulo) es mi hermano del alma de por vida y compañero de muchas empresas. El y yo somos una sola mente que se potencia tanto en dadivas bondadosas como en las mas temibles maldades humorísticas. Podíamos ser santos o demonios, y con nuestra autoridad casi eclesiástica éramos tratados con respeto y amabilidad. Andrés si bien era el más practico de todos nosotros, en ese viaje optaba por la bohemia; es decir, si nos regalaban una noche en una suite o nos prestaban un altillo piojoso para dormir, la segunda opción era la elegida!!
Pía era la bebé del grupo (aunque solo era un año más chica que nosotros). La cuidábamos como objeto de arte, y hasta la malcriábamos. Hermosa y pizpireta (aunque caprichosa) que a causa de su encanto nos hemos visto en situaciones que se iban a las manos para sacarnos de encima a los “inglecitos” que la acosaban…y eso, a ella le encantaba.



Hatfield es un lugar bohemio, lleno de historia y música en el aire. Todo estaba ahí como en aquel entonces cuando un australiano llamado Daevid Allen, con varios discos de jazz bajo el brazo, se hospedo en la casa de los padres de Robert Wyatt en Lydden, a 16 km al sur de Canterbury en la década de los 60….Y ahí comenzó la historia del Sonido de Canterbury.

En otra ocasión les contaré algunas anécdotas especificas de aquel viaje, pero hoy utilicé como excusa esa escapada de hace 10 años atrás para inculcarles curiosidad sobre la excelente música que se hizo en aquel lugar.
Háganse un favor y busquen música de “Hatfield and the North”, “Gong”, “Caravan” y “Soft Machina” (entre otros).



Juiahnn

NOTA: Tengo muchas fotos sobre el viaje y recortes y boletos y postales, pero como dije, en ese entonces no había cámaras digitales, y hoy no tengo un scanner a mano. Así que me tendrán que disculpar por poner estas fotos de la web, aunque, al menos, me tomé el trabajo de buscar por donde estuvimos. Lo otro se los debo para otro relato