Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


viernes, 22 de febrero de 2008

Hergest Ridge

A estas alturas ya todos conocen que Mike Oldfield es mi mentor y mi gran inspiración. Hace un tiempo escribí un artículo sobre su primera obra musical “Tubular Bells”. Hoy les quiero traer la continuación de esa historia, de cómo el joven Mike siguió su vida. Así es que, con la ayuda de algunas páginas amigas (como la excelente Mundo Mike Oldfield) les contaré como creó su segundo disco llamado “Hergest Ridge”.

Mike Oldfield había soñado por mucho tiempo con el momento en que fuera editado Tubular Bells. Cuando aquello ocurrió no pudo aguantar la presión y aún exhausto emocionalmente por el proceso de grabación del disco se escondió del mundo. Se sentía deprimido. Como él mismo dijo: “Tenía mucho dinero y pocos años”. Una combinación difícil de asumir que lo llevo a una crisis (no creativa). Se autoaisló y se retiró a su nueva casa en las colinas de Hergest Ridge… Sería allí precisamente donde crearía su segunda obra de arte, ante la petición de la discográfica de hacer un nuevo disco.
Corría el año 1974, y Mike convirtió su nueva mansión (llamada The Beacon) en un estudio de grabación para comenzar a componer el disco pedido. Las ideas le brotaban a Mike como un manantial sonoro, e inspirado por su entorno grabó este maravilloso disco. “Hergest Ridge” no era una continuación de “Tubular Bells” aunque llevara casi la misma estructura, es decir, dos largas canciones de un total de casi 45 minutos. Este disco era distinto, aunque los periodistas, despechados porque Mike no cedía entrevistas, lo criticaron duramente diciendo que el disco era “una versión blanda de su obra prima”. Pero lo que los críticos no entendieron es que “Hergest Ridge” explora otros sonidos, otras ideas. Evoca paisajes fantásticos y recoge las maravillas de la naturaleza con sus melodías tranquilas, llenas de coros y pasajes mágicos…aunque tiene un movimiento en la parte 2 al que fue titulado “tormenta eléctrica” y es porque Mike sobregrabó 95 guitarras distorsionadas.

“Hergest Ridge” llegó al numero uno de ventas, lugar que “curiosamente” ocupaba en ese entonces “Tubular Bells”. Es decir, tan solo otro disco de Mike Oldfield podía hacer caer a un segundo lugar otro disco de Mike Oldfield. De esta manera Mike lograba monopolizar los dos primeros lugares de la lista de éxitos, algo realmente inédito y curioso (Destaquemos que en esa época el rock estaba llegando a su perfección, y la lista de música no eran las porquerías que se ven en los charts de estos días).
Con este disco, Mike evoca grandes melodías sinfónicas, mucho mas uniformes que “Tubular Bells”, sin cambios bruscos de ritmos, y sin grandes sobresaltos (aunque no le ganó en venta a su obra debut). Los coros son una parte de excepcional belleza, y las guitarras volvieron a ser las principales protagonistas. Nuevamente Mike toca todos los instrumentos que suenan en el disco, menos los oboes (tocados por June Whiting y Lindsey Cooper), la trompeta, (tocada por Ted Hobart), las percusiones (tocadas por Chili Charles) y las voces (por parte de Clodagh Simmonds y su hermana Sally Oldfield). Los coros y la orquesta fueron dirigidos por David Bedford.

Mike había entregado otra perla a la historia de la música, lo que lo consagraba nuevamente como el joven genio. Aunque con problemas psiquiátricos y de depresión, no le impedían crear. “Hergest Ridge” es otra obra (perteneciente a la trilogía de Oldfield) obligada para el buen melómano. Allí se descubre el placer de la buena música y también algo de nostalgia de los buenos tiempos.
Mike Oldfield volvía a lograrlo, pero no se conformó con el éxito. Su mente lo llevo por nuevos mundos y pronto se puso a trabajar en una nueva obra…pero esto, es tema para otra entrega.

Juiahnn

Nota adicional: Quería compartir con todos ustedes, lectores de este blog, la felicidad que me invade al tener como amigo de mi espacio musical (el cual los invito a ver y escuchar en
www.myspace.com/juiahnn ) al mismísimo Mike Oldfield, el responsable de mi temprana locura creativa, ja ja!!. Descúbranlo y disfrútenlo.

domingo, 10 de febrero de 2008

Tesoros Escondidos, Joa H. Huxley.



Una nueva entrega de “Tesoros Escondidos”…
Imagínate que te diga que uno de los creadores del rock progresivo era menor de edad, y que ya en su adolescencia interpretaba largos pasajes de música psicodélica, influenciando a varios artistas del genero, un talentoso genio multi-instrumentista y precursor de la guitarra shredd de los 80, y que el mundo no lo llego a conocer porque su mente era mas poderosa que la realidad…y poco a poco lo fue absorbiendo.
Así fue el caso de Joashim Hermann Huxley, nacido el 11 de noviembre de 1954 en Herefordshire, Inglaterra.


La historia de su procedencia, su niñez, y su adolescencia es más misteriosa que su corta carrera como artista. Si bien se sabe que provenía de una poderosa familia de descendencia alemana, su origen jamás trascendió, y su parentesco era todo un secreto. Joashim odiaba a la Alemania nazi, o a todo lo que se le acercaba y por eso cambió su apellido al de Huxley. De hecho un incidente en 1978 en un recital en Londres muestra su fobia por tal nación, cuando un joven llevaba pintada una esvástica en su cabeza, Joashim bajó del escenario y lo golpeó hasta dejarlo inconciente.


Aunque nada se sabe de su crianza, y se estipula con su lugar de estudio, en varias ocasiones el propio Joashim mencionaba que tuvo una infancia “insoportablemente académica” con los mejores tutores del país. En su juventud, y durante su carrera como músico mostró altos conocimientos de arte, filosofía, ciencia y teología, aunque abrazo tempranamente el esoterismo y la escuela del Cuarto Camino de George Gurdieff; De hecho su amigo (y quien fue el baterista de su banda) Alan Drucoff, dijo que “Joa (como así solían llamarlo a Joashim) estaba fascinado con haber conocido al propio Ouspensky (discípulo de Gurdieff) y que eso fue un cambio para conocer su origen”.
Según dicen, Joashim era un chico tímido pero problemático, y que solía “sufrir de alucinaciones místicas”, los cuales, luego, fueron tema para sus canciones e influencias para otros músicos.
Alan Drucoff dijo que conoció a Joashim en la escuela de arte y que lo impresionó verlo tocar el piano, el violín y el violonchelo con igual maestría, y lo invitó a tocar en un proyecto que estaba armando junto a William Berendt. Para entonces contaban entre los 15 (Huxley) y 18 (Drucoff y Berendt) años, y en época de la música folk y el british pop y los inicios de la psicodelia, estos jóvenes tocaban jazz. Así cuenta William: “Joa se entusiasmo rápidamente con la propuesta ya que no tenía amigos y nos invitó a que ensayáramos en su casa, que quedaba a dos horas de la ciudad, y era una mansión en medio de las colinas de Herefordshire. Al llegar instalamos los instrumentos en su alcoba en donde él tenía un pequeño piano. Alan y yo comenzamos a improvisar una base de lo que se pudiera llamar rock jazz…algo como lo que hizo Cream tiempo después…y entonces sucedió algo mágico. Joa comenzó a tocar algo barroco y luego lo fue llevando a una melodía pesada, lo que nos hizo cambiar el tempo en el que tocamos. Luego agarró el violín y toco endiabladamente rápido. Otra vez nuestro tempo cambió, y allí lo volvió a tirar hacia abajo con una retorcida melodía de violonchelo. Fue fantástico. La jam duró alrededor de 40 minutos y todos estábamos muy excitados.”


Joashim tocaba la guitarra clásica, y debido a su buen pasar económico no tardó en tener una buena guitarra eléctrica y un amplificador, y a lo que le sumó uno de los primeros teclados que estaban saliendo en esa época. Joashim comenzó a escribir las letras de las canciones, que mayormente se trataban sobre extrañas constelaciones, viajes espirituales y visiones místicas. Como no quería agregar a otras personas en el grupo, él cantaba, tocaba la guitarra y los otros instrumentos. Las composiciones eran largas y variaban en tiempo y métricas, y en su mayoría instrumentales, hasta que aparecía la profunda pero frágil voz de Joashim. En 1968 debutan en un pequeño club de Londres bajo el nombre de Lyra, en donde un joven Syd Barret los observaba desde la penumbra del local fascinado por el aura que destilaba el grupo.


Lyra es el nombre de una constelación que según la mitología griega, se trata de la lira de las
Musas, que fue inventada por Hermes, éste la dio a Apolo, quien la cedió al músico Orfeo, hijo de la musa Calíope, para que deleitara a la humanidad con su música. Cuando Orfeo murió a manos de las bacantes de Tracia, su lira fue puesta por Zeus entre las constelaciones.

La música de Lyra, si bien se acoplaba con la música psicodélica, era demasiada “elitista” para el oído común. Algunos historiadores melómanos cuentan que en 1969 abrieron un recital de una joven banda llamada King Crimson.


En el invierno de 1970, Joashim sufre uno de los tantos ataques de esquizofrenia que marcan su vida, y sus padres, prácticamente lo encierran en la mansión con atención psiquiatrita. Tras varios intentos de fuga hace una especie de pacto con su padre prometiéndole que no saldría de la finca si le conseguía los equipos para construir un estudio de grabación. Dos meses después, Joashim estaría trabajando en numerosas grabaciones experimentales, la cual una de ellas es una obra de 32 minutos llamada “The music of Ophra Y” en la que toca quince instrumentos diferentes, él mismo, superponiendo las cintas. En ese tiempo era visitado por sus dos amigos y miembros de Lyra, William y Alan, y comienzan la grabación de lo que sería su única obra completa: “The Dimensional Equation”. Aun sin terminarla, la presentan en algunas ciudades de Inglaterra, siendo vistos así por muchos músicos del ambiente del rock progresivo. La personalidad de Joashim era confusa, pues su timidez hacía que ni siquiera presentara a la banda ni bien subía a escena, pero una vez con la guitarra colgada y rodeado de teclados y efectos de sonidos, no parecía aquel joven de hace solo unos segundos atrás.
Hoy día, algunos músicos reconocidos lo recuerdan como una banda anecdótica a la que vieron en su juventud y le impresionaron, otros los mencionan como una banda a la cual les influenció pero que apenas recuerdan el nombre.


Joashim no solo era un excelente letrista y multi-instrumentista, sino que su forma de tocar la guitarra era toda una rareza para la época. Su sonido era profundo, a veces distorsionado y cargado de reverberancia, y su forma de tocar era melódica con destellos de velocidad que no se vio hasta principio de los 80 con la llegada del metal neo-clásico. También, el uso extremo de la palanca de tremolo en la guitarra fue utilizado por Joashim antes que el propio Eddie Van Halen, ya que él intentaba imitar el efecto de bend que hacían los synth Moog.


En el verano de 1971, su familia viaja por negocios a los Estados Unidos, oportunidad que aprovecharon Joa y sus amigos, para así tocar en algunos clubes de San Francisco en donde el mismo Frank Zappa los vio, pero para cuando quiso interceptarlos, los músicos habían desaparecido ni bien bajaron del escenario. Al concluir el verano regresan a Inglaterra dejando “plantado” a un productor de discos que los quería lanzar a la fama.
En el otoño de ese mismo año, Joashim sufre otro ataque mental y es hospitalizado en una clínica psiquiátrica en donde conoce a un joven que dijo haberlos visto en escena hacia unos años atrás, por 1968, y que les fue una gran influencia. Este joven era el mencionado Syd Barret, uno de los creadores de Pink Floyd.


Meses después Joashim regresa a su hogar con cuidados especiales. Retoman las grabaciones junto a Berendt y Drucoff y terminan “The Dimensional Equation”, para comenzar un nuevo disco. Así pasan el resto del año grabando canciones.
A principios de 1972 hacen algunas presentaciones por las principales ciudades del país. En una de esas noches conocen a algunos músicos de Kevin Ayers and the Whole World, en especial a uno de los mas jóvenes que había quedado alucinado con la música de Lyra…se cree que éste joven era nada menos que Mike Oldfield.


El grupo decidió que ya era tiempo de salir del anonimato y mostrar su valioso material en alguna discográfica. Lyra tenía todas las de ganar: Joashim era un genio compositor e instrumentista, sobre todo un gran guitarrista que a veces eclipsaba su labor como cantante. William Berendt era un bajista excepcional, con una escuela de jazz y una versatilidad en las nuevas técnicas que se estaban viendo en ese instrumento por aquellos días. Y Alan Drucoff no quedaba atrás. El trío sonaba como una orquesta en vivo, tanto por la pared rítmica como por la habilidad de Joa de tocar varios instrumentos. Su música fue progresiva antes de que existiera la clasificación de tal. Jugaban con la psicodélica, con el rock duro, con la música ambiental, el jazz, la música clásica, y en cierta medida con el folk por las melodías vocales. Lyra, de seguro, iba a ser una mina de oro para sus productores…
Cuando planearon su viaje a Londres para ser entrevistados, nuevamente Joashim entra en profundos delirios…


A todo esto, vale destacar que la banda era totalmente austera de droga y alcohol. De hecho el propio Joashim lo era con el sexo, y solo se le conoció a una mujer con la cual tuvo su único amor: Una joven bibliotecaria de la universidad, llamada Ophelia Parr, quien, con la excusa de llevarle los libros de estudio, estaba a su lado mientras él permanecía hospitalizado en su hogar.


Debido a la delicada salud mental y la repentina fobia social de Joashim, la banda solo se dedicaba a grabar. Algunos dicen que hay más de mil cintas de música experimental de aquellos días. “The Dimensional Equation” ya estaba en una discográfica y hacen una pequeña tirada por el Reino Unido. Los discos desaparecieron en manos de los entendidos y de aquellos que alguna vez los vieron en vivo. Pero cuando iban a sacar la segunda edición con una tirada mucho mayor, el padre de Joashim compra los derechos para recuperar la grabación. El disco no volvió a ver la luz en aquellos días, y la banda se disolvió hasta 1978.


En 1973, Joashim Herman Huxley, fuertemente medicado y con un enfermero pagado por su padre, estudia en una Universidad Jesuita hasta 1977, pero sus seguidos ataques y su confrontación con el sistema mundanal hicieron que más de una vez su padre tuviese que intervenir en disculpas a los principales de la Orden.


En 1978 regresa a Herefordshire y se reencuentra con sus amigos, aunque con una vida distinta. William era profesor de letras en la universidad, y Alan se había casado y montado una pequeña empresa. Aun así ambos, aunque alejados del panorama musical, se mantenían activos con sus instrumentos. Para celebrar por los viejos tiempos graban en casa de Joa una serie de jam y tocan en la universidad en donde William ejercía. Allí fue donde ocurrió el incidente con el neo-nazi.


Joashim soportaba muy poco a la gente en general y odiaba las modas. Estaba en contra del capitalismo y decía que la religión y la filosofía se habían vuelto un negocio. Hacía tiempo que no tenía sus ataques de esquizofrenia (gracias al tratamiento que estaba llevando) pero vivía triste por el mundo, al grado de sentirse un mártir.
Una tarde de otoño de 1979, Joashim visita a su querida Ophelia, entregándole cajas llenas de sus grabaciones. Pasa casi tres meses viviendo con ella hasta que le anuncia que “había llegado la hora de seguir su llamado” y que se retiraría a un monasterio franciscano al sur de Italia. Joa le hizo prometer que no mostraría las cintas con la condición de que se mantendría en contacto, hasta que él lo decidiera…

El tiempo y las modas borraron de sus anaqueles los nombres que rodean la historia de Lyra, y no fue hasta hace unos años, a principios del 2004, que comenzaron a circular algunas copias de “The Dimensional Equation”, y una obra de 45 minutos, dividida en siete temas, concebida en 1976, llamada “Tales of the distant land”. El resto es un misterio.
Pero lo que se cuenta por lo bajo, es que Alan y William, lo visitan seguidamente a Joa en Italia, el cual nunca abandonó la música ni el hábito franciscano, y que un joven músico del ambiente progresivo under, llamado Joshua Hermann Parr, es el hijo de un genio musical, que aunque adelantado a su época, el mundo lo olvidó.

Juiahnn

viernes, 1 de febrero de 2008

Tesoros Escondidos, Granicus.


Debido a la entrevista que mi alumna Maia me hizo para su blog “maiafromgaia.blogspot.com”, hemos recibido numerosos mails…algunos felicitándonos por el buen humor y por la información dada, y otros ofendidos porque, supuestamente, trate a muchos seguidores de la música progresiva como neófitos. Como decía mi abuela: “Se ofende el chancho”…que no se bien a que se refería, ja ja!! Lo positivo de todo esto, es que al haber mencionado a las influencias de las bandas actuales, muchos descubrieron un nuevo mundo musical. También mencioné una banda llamada “Granicus”, de la cual casi no hay información en Internet, y su música es muy difícil de hallar, y muchos me preguntaron…

Fue por Julio del 2001, cuando leyendo el número 41 de la revista Epopeya, el periodista musical Cesar Fuentes Rodríguez escribió un artículo sobre esta banda. A los pocos días se lo mencioné a Oskar (quien era mi productor en aquellos años) y el me contó que tenía el vinilo de dicha banda, y que la descubrió de casualidad en una venta de garaje en San Francisco. Tiempo después tuve la oportunidad de oír aquel tesoro musical.
Cesar Fuentes Rodríguez escribió: “Una cosa es descubrir un tesoro, y otra muy diferente es encontrarse excavando y hallar restos de una civilización perdida de otro planeta. Suponte que te hablo de una banda con la fama insólita para los 70 de haber tocado en vivo una sola vez antes de firmar para una de las mayores discográficas existentes, y que al momento de editarse su álbum debut homónimo (Granicus-“Granicus”-1973) al final de ese mismo año, ya estaba disuelta. De modo que lo único que queda de ella son ocho canciones registradas en un disco semi-legendario al que sólo han tenido acceso desde entonces un puñado de coleccionistas enfermos. Me vas a decir que estoy loco. Que pasa si encima la placa resulta un verdadero prodigio de frescura en la vena de aquel hard rock progresivo en el que la década fue tan magnánima?.. Será cuestión de calzarse al hombro la pala y salir a desenterrar indicios.”

El grupo provenía de Cleveland. Ohio, USA, y de hecho ése es el nombre de uno de los ocho temas. Allí, el baterista Joe Battaglia y el guitarrista Al Pinell (un veterano de la Guerra de Vietnam totalmente trastornado por la experiencia) reclutaron a un bajista de nombre Dale Bedford y un primer violero notable llamado Wayne Andreson; más la voz de Woody Leffel, un poco al estilo de Robert Plant, tan apreciado e imitado en aquel entonces. Por nombre, escogieron “Granicus”, como el río asiático en el que Alejandro Magno libró su primera batalla contra los persas en el 334 A.C.
Luego se mudaron a Nueva York en busca de oportunidades. Consiguieron grabar el disco con un productor inexperto para el rock y quedaron enormemente insatisfechos hasta con el resultado de la mezcla. Poco más que decir hay sobre su historia: Llegaron a hacer algunas fechas como soportes de Cactus, Spirits Y Bloodrock (…ja ja…a seguir buscando, que tengo un montón de bandas desconocidas) antes de separarse y ser tragados por las fauces del olvido con carozo y todo. Por problemas internos, RCA, la discográfica, puso el disco en la calle a regañadientes, sin promoción alguna. Quienes rescataron algunas copias de las bateas pasaron años averiguando datos que iluminaran el milagro, porque el material era impecable y justificaba curiosidad.
En la frenética y exuberante tradición de Led Zeppelín, Trapeze y Grand Funk Railroad, con los aullidos de la lujuria, la flexible solidez de una base rítmica muy imaginativa y la selecta articulación de riffs y solos que no merecen perderse en la bruma, Granicus acomete con la misma libre intensidad metálica y psicodélica la concisión tribal del “You´re In America” que abre la placa, hasta la hipnótica “Prayer”, de once minutos y trámites lisérgicos, más allá de cualquier otra ponderación expresiva.
Un mensaje exótico que llega a los oídos como el murmullo de un pasado insospechable. El hueso robado a la tierra de un animal que ni siquiera figura en los museos…

Búsquenlo…quizás alguna alma dadivosa lo haya colgado en Internet, y nos de la oportunidad de redescubrir y darlos a conocer en una época en que la musicalidad, en su mayoría, se perdió en la bruma del comercialismo.

Para la próxima entrada hablare de uno de los creadores del rock progresivo…Un genio y un misterio.
Será hasta entonces!!!

Juiahnn

PD: Para aquellos que me preguntaron como la música “norte-argentina” puede ser progresivo, vean éste video del Chango Spasiuk en:
http://www.youtube.com/watch?v=ms8Z7hvt-48
Una verdadera muestra de sensibilidad y musicalidad por igual.