Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


domingo, 30 de agosto de 2009

Me duele una mujer...


Abro los siete mil candados que protegen el cofre de mi locura, guardando allí mis alegrías y penas. Y en cada línea de mis letras, casi imperceptible, esta el grito ahogado, de nostalgias y recuerdos, llamando con el alma a una mujer. Ella, que se esconde en mil cuerpos dentro de los sueños en los que quiero vivir. Siempre una pena, una decisión, algo que me aleja de ella pero que me mantiene unido por la eternidad.

Me duele una mujer en todo el cuerpo…

Las hojas amarillas y la letra aniñada me muestran que aun en los primeros tiempos ella me buscaba, y estaba a mi lado…pero nunca permanente.


Desgarra mis entrañas y desmorona mi mente. He de volverme loco, todo se remite a ella. Suave en aroma, delicada en sus movimientos, mística en su mirada, cómplice en su silencio.

Varias veces creí encontrarla en este tiempo. Pero ella visita un cuerpo y luego se va, y luego insiste como intentando despertarme de mi somnolencia humana. Ella quiere que la ame a su manera y me visita cuando mi temple tiene un escudo. Maldita y bendita seas!!!

Me duele una mujer en todo el cuerpo…

Ríe entre sus cabellos dorados, que se oscurecen en la luna, y que castaños quedan en los jardines. Como sus ojos, cambiantes, tan claros y fríos, o tan calidos y oscuros.


A veces te veo en la calle entre la gente, algunas veces pasas ante mi jardín y sonríes mientras llevas un niño de la mano, otras, eres una jovencita escondida en traje de discípula...


Quien realmente eres?


Sonríes tras el rostro de una niña invitándome a jugar.
Me seduces con la picardía adolescente, viendo en mi a alguien de quien aprender.
Me rosas con tus manos de mujer experta, de quien sabe de amor y de dulce malicia.
Me llevas de tu mano anciana, hermosa de cabellos canos, con la ternura de un amor sabio…

Y yo, diferente al resto me siento, y a voluntad soy joven, soy viejo; enjuto, recio, soñador y despierto, plagado de imágenes que evocan soledades infinitas. Alguien que camina por la vida aguijoneado por un deseo intensísimo de saltar desde mi dolido pecho hacia el vacío. Alguien cegado por la nostalgia de lo que jamás conoció, alguien que extraña un rostro que solo vio en sueños…


Tú, mujer de otros tiempos, lo sabes. Tú me dueles…

Por eso siempre diré hasta encontrarte:
Me duele una mujer en todo el cuerpo…



Juiahnn

martes, 11 de agosto de 2009

Cielos de unos minutos de Eternidad.


No habíamos preparados los bolsos… pero estábamos decididos a partir hacia ese atardecer que se ocultaba frente a nuestros ojos. La bóveda celestial se adornaba de índigo y carmesí. Nuestros cabellos se tornaban cobrizos y su rostro, embellecido por el reflejo crepuscular, se mostraba tímido. Sus ojos jugaban entre mi mirada y un sol que corría al otro lado del mundo…
Deslumbre lo eterno en esos minutos, en una luz que se extinguía, y en el brillo de su hermosa alma…
Como en todos aquellos atardeceres que compartimos cuando somos “nosotros”…

Entrada la noche entregué mi alma al sonido, ya maduro, de vidas transcurridas.
Almas perdidas que destellaron música, llenando de sentimientos los rincones del bar de Jack. Orgulloso de los que allí fueron y desnudaron su espíritu para estar a mi lado en 77 canciones de alegre dolor y un odiado amor.
Ya sin vodka ni wisky, cada uno regresó a su puerto…

No hubo principio ni fin en esos días, y tres fueron dos y dos fueron uno; y tres fueron uno; y el cuarto (desesperado por ser parte de uno de sus minutos) fue uno…

Y el descanso dominical se transformó en un verano escandinavo, de un fresco día soleado, en el que el soul pintó el ocaso, y un blues se armó con nocturnas estrellas.
Y aun sin mi mano derecha, el tranquilo y el maduro me siguieron, y fuimos cautivados por la voz del Ángel de mi Sonido.
Bendita eres porque cantas mis penas, mis deseos, mis añoranzas y mis tristezas, y en tu fuerza y pasión, dejo yo mismo mis fuerzas y mi dolor… hasta dejar la guitarra y apagar el amplificador…

…y entonces vuelvo a pensar en ella.

Juiahnn