Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


domingo, 31 de diciembre de 2006

Fin de año...


No importa donde estén, con quienes están, o donde puedan estar. El año comienza cuando uno comienza un nuevo ciclo. El año lo decide uno…pues quien dice que es el correcto este final de año? Los orientales tienen otra fecha, al igual que los israelitas o los musulmanes… No importa lo que diga el almanaque, sino que lo que tu alma albergue para comenzar una nueva etapa: Un buen espíritu.

La foto es de mi viaje al desierto, un 31 de diciembre del 2004, totalmente solo, pero llenamente con migo…
Saludos a todos ustedes, mis amigos!!!

Juiahnn

lunes, 25 de diciembre de 2006

Rutina para salir de la rutina


La temporada comenzó para esta zona, y con ella mis días de “persona libre del sistema” terminaron, ya que nuevamente (y en pocas oportunidades) me encuentro trabajando en estado de dependencia, que aunque en un buen lugar y en buena compañía, no deja de ser algo “esclavizante y duro” como todo trabajo full-time. Esto trae como consecuencia la poca disponibilidad para todas aquellas cosas en la que estaba acostumbrado, utilizando el poco tiempo que tengo en el día para estar con mi mujer. Fue entonces que a partir de esto me vi obligado a construirme una rutina para no dejar de lado mis actividades. Por un lado seguir con las diferentes lecturas e investigaciones de escuelas de esgrima oriental para pasar su enseñanza a la guitarra y así aplicarlas en el futuro dojo guitar. La práctica diaria lleva su preciado tiempo y la composición aun más…
Pero que hacer cuando se tiene pocos minutos para dedicarle a la música?
Recomiendo para todos aquellos que, como yo, se ven en estos meses imposibilitados de dedicarle el tiempo merecido a tan bello arte, lo siguiente:
a) Comenzar con una practica de improvisación. No importa que, puede ser a partir de unas escalas, de una progresión de acordes, o de algún extraño sonido. Lo importante es usar este sistema como catarsis y liberar la mente de toda conciencia ordinaria del mundo rutinario. Dejarse llevar por las emociones y los sentimientos.
b) A continuación si el ejercicio anterior no les haya dejado como regalo alguna composición, trabajen sobre un tema y luego jueguen sobre el. Por ejemplo, yo lo hago con “Mood For A Day” de Steve Howe (del album “Frágil” de Yes) y al concluir la canción sigo en una improvisación de la misma.
c) Por último, con la mente abierta y relajada, y las manos flojas, repasen algunas rutinas de digitación, practiquen aquello en lo que mas tienen para trabajar, y repasen algo de teoría o lean algún escrito que los ayude en la música (no tiene por que ser un libro de música, pues bien podría ser “Siddharta” de Herman Hesse).
Estos tres puntos se pueden hacer en tan solo una hora, depende de uno, claro esta (particularmente el punto “a” me vuela durante un largo rato), pero tengan en cuenta que esta es una de las horas mas valiosas del día. No dejen que el cansancio o el trabajo les quiten el privilegio de ser artesanos sonoros, aunque sea por un rato. Nuestras manos y nuestra mente fueron hechas para transmitir en sonido las emociones y sensaciones, y eso es justamente lo que nos diferencia (aunque suene feo decirlo, pero que John Nash lo dijo) de “simples mortales”.

Nuevamente agradezco los mail, y no duden en escribir por cualquier inquietud.
Sepan disculpar desde ya, por la inconstancia del blog, pero estoy seguro (y después de lo que escribí) que entenderán en que utilizo el poco tiempo que tengo. Aun así sigan visitándolo…
Nos estamos viendo!!!

Juiahnn.

jueves, 21 de diciembre de 2006

De vuelta al mundo...


Hola a todos, estoy de vuelta al mundo después de unos días de ocio y tranquilidad en la casita de la playa, donde la pasé como un hobbit. En un estado total de relajación y templanza. Por las mañanas disfrutaba de la soledad de la playa y me hundía en simples meditaciones (nada trascendentales) sobre la vida. Por la tarde, después de almorzar, poniendo música de fondo, como Mostly Autumn, Blackmore´s Night, y Lindh Pär con Bjorn Johansson, releía (como es costumbre en mi con los grandes libros) el épico y casi bíblico libro de J.R.R. Tolkien, “El Silmarillon”. Y cerca del crepúsculo, venían mis otros compañeros hobbit, Jaime, mi discípulo musical, y Arjen, el vikingo, y haciendo honor a “La Sociedad…” pasábamos el atardecer comiendo unos gigantescos sándwich y tomando cerveza, mientras esperábamos las primeras estrellas de la noche. Al final del día, cuando el cielo estaba oscuro, disfrutábamos de la tranquilidad nocturna dentro de la casita. Una vez que ellos partían muy entrada a la noche, y luego de un té, me acostaba con una sonrisa leyendo las tiras de Macanudo del dibujante Liniers.
Hoy me levante temprano y volví a mi casa para prepararme ya que esta misma tarde comienzo el trabajo de temporada en una tienda de artesanías (nuevamente paso a formar parte de “La Sociedad Artesana de Hobbit Sureños”, ja-ja!!).
He concluido por este año con las clases de música, por lo que utilizare aquellos ratos libres en perfeccionar la enseñanza para que este año entrante, a principios de otoño, pueda abrir el Dojo Guitar Kamihira Ryu (que ya les hablare de eso). Así que para mi, desde hoy, comienza el ajetreo de los días de verano…espero que me deje algún tiempo para salir por las noches con mi mujer…
Quería agradecer por la cantidad de mail que me llegan a causa de este blog. Los iré contestando de a poco, ténganme paciencia.
Sin más que decir por ahora (en verdad tengo poco tiempo), me despido de todos ustedes hasta la próxima, dejando algunos mensajitos subliminales…
Jaime, pensá en la posibilidad de hacerte algún dinerillo en temporada para comprarte una pedalera…
Arjen, no seas masoquista yéndote a Gesell solo, sabes que te la podes cruzar…
Pato, hace lo que te haga feliz, pero no pierda tiempo que eso no se recupera…
Nakus, yo hice lo mismo que vos por una viola. Seguí así…
Maia, que no te duela más un Juiahnn…
Pablo, te extraño, aunque suene raro decirlo…
Santi, cuida los recuerdos ya que muchas veces no vuelven…
Vos, que sabes quien sos, replantéate la vida, seguí con la música. Creeme que tu hijo lo entenderá…
Mike, no seas susceptible. Siempre serás mi amigo de toda la vida aunque seamos muy diferentes…
Ian, un gusto haberte encontrado nuevamente…
Aclarado esto, me despido. Sayounara!!

Juiahnn.

lunes, 18 de diciembre de 2006

Hobbits en La Casita de la playa.


Hoy, nuevamente, me voy por unos días a la pequeña casita en la playa que mi familia heredó (y que mi querida tía Mer cuida con garras). Días que me tomo para pensar, meditar, leer, escribir, dibujar, o hasta para dar alguna clase especial de música.
“La Casita” (como la llamamos los que la conocemos) es un lugar mágico a unos metros del mar. Habría mucho que decir de esta “cabañita” (por estar construida en madera a los pies del médano) ya que no solo tiene mucha historia en si, sino que es un sitio histórico, pues allí pasaba sus veranos un buen ex presidente, aunque no es esto de lo que les quería hablar. Aun así, si están interesados, visitan su pagina web http://www.controlb.com.ar/elenita/ o escriban a laelenita@hotmail.com donde le darán información. Ahora si vuelvo al tema que nos compete…

Seguro pensaran que una casita en la playa tiene mucha utilidad en verano (y que obviamente lo tuvo a lo largo de las generaciones de mi familia), pero en mi, su función principal comenzaba al principio de otoño y terminaba con el final de la primavera, y donde se realizaba secretamente “La Sociedad Literaria y Hobbit Sureños” (como la llamé una vez). Durante tres años (hasta finales del 2005) un muy buen amigo mío, puesto por la familia para cuidar el patrimonio, vivió allí. Eso nos dio la oportunidad de que un pequeño grupo de locos ejerciéramos nuestra arte en épocas de largos crepúsculos y meriendas calientes. Sean Lovehate era nuestro anfitrión y cuidador de tan preciado lugar. Durante su estadía, no solo apoyaba mis locuras, sino que también realizaba las suyas. Sean es un escritor con espíritu épico y con un lado oscuro de letras subliminales. Allí escribió muchos cuentos de “El Ángel Gris” (No confundir con su homónimo escrito por Alejandro Dolina) y la novela medieval “Elenna”.
Muchas fueron las amaderadas tardes con aroma a incienso y café (o en algunos casos a cerveza de manteca) y en las que nos compenetrábamos en las historias y tácticas que construíamos para diferentes juegos de rol. Con nosotros estaba Arjen, el vikingo y verdadero hobbit por su estatura y corpulencia (perdón Arjen), que cerraba el circulo. Pero no solo organizábamos RPG vividos (en los que nos poníamos capas y blandíamos pesadas espadas a lo largo de un bosque) o de mesa, ni tampoco que siempre hablábamos de literatura, o que planeábamos un estilo de vida llamada “La Orden de los Ivaris”, sino que en muchas ocasiones nos hundíamos a las costumbres hobbitianas de reflexionar sin decir ni hacer nada mas que tomar té y comer galletas. La idea del nombre de “La Sociedad…” se me ocurrió una tarde de invierno en la que pasamos con Sean y Arjen en silencio (solo mirarnos, comer y beber) por mas de tres horas… Pero por que hobbit? Porque aunque yo tenia un espíritu oriental, Sean de palabras y letras, y Arjen de guerrero nórdico, lo que mas nos gustaba hacer era ver el cielo oscurecerse desde esa casita. No podíamos ser montaraces (aunque tuviésemos el aspecto) porque estábamos en un lugar fijo. No podíamos ser elfos porque ninguno era rubio y extremadamente hermoso para serlo. Menos magos porque ninguno era anciano y practicaba la magia (ejem!). Y lo que mejor nos calificaba por costumbres (dentro del mundo de Tolkien que tan presente estaba en la casita) eran los hobbits. Una de las actividades que más ejercíamos en grupo era la literaria, aun dentro de los RPG. Y como obviamente no vivíamos en una Tierra Media, sino que en otro continente y muy al sur, éramos sureños. De ahí el nombre… Claro, que con el tiempo éste nombre fue mutando a “Sociedad Guitarristica de Hobbit Criollos” y “Sociedad Cervecera de Hobbit Metaleros”, pero ese, en todo caso, es parte de otras historias, je-je.

La Casita es una fuente de sensaciones que varían depende la persona, desde lo histórico argentino, pasando por un nórdico refugio, hasta un pequeño santuario oriental.
Hoy, a tan solo unos días del verano, no se como lo veré, ni que sensaciones nuevas me traerán estar entre esas paredes de madera con el murmullo del mar como compañero. Pero de lo que si estoy seguro, es que la sentiré como todos los que allí estuvieron alguna vez, como un refugio del mundo que nos rodea…
Elen síla lúmenn omentielvo (o del elfo-castellano: "una estrella brilla sobre la hora de nuestro encuentro").

Gracias Sean por tan bella foto...

Juiahnn.

domingo, 17 de diciembre de 2006

Libros que enseñan música.


Konnichiwa:
Hoy me había levantado un poco deprimido, como cargando una tristeza de otros evos. Seguramente fruto de una noche de “viajes oníricos” por mi amado mundo de ensueños, cosa que aunque en si fortalece mi alma, me hace despertar algo nostálgico y cansado. Por eso me puse a hacer una actividad que siempre me distrae de cualquier problema: ordenar mis libros y cds.
Cuando suelo hacer esto, al agarrar cada libro o cada cd, me recuerda su importancia en mi vida, o me lleva a algún acontecimiento especial. Por eso, se me ocurrió hacer una lista de los libros que me influenciaron musicalmente, que no solo me enseñaron a dar los primeros pasos sino que también a mejorar, y que, actualmente, utilizo en mis enseñanzas, y supuse que sería bueno compartirlo con uds.
Como verán a continuación, hay muchos libros que no tienen que ver con la música (diría yo no directamente) en teoría, pero que encierran una profunda enseñanza espiritual y emocional aplicable para evolucionar en el mundo sonoro. Muchos de ellos se encuentran en librerías comunes, otros quizás tendrán que encargarlo vía Internet, aunque varios de ellos hace tiempo que no los he visto en circulación. De una u otra manera si estas tratando de seguir creciendo musicalmente (y en la vida, aunque ya daré una lista sobre ésta) te recomiendo que los consigas y los estudies concienzudamente. Estos son:

1) Zen Mind-Beginners Mind, por Shunryu Suzuki.
2) El Libro de los 5 Anillos (La Estrategia del Guerrero), por Miyamoto Musashi.
3) Autobiografía de un Dragón, por Bruce Lee.
-libro extra: Biografía De Robert Fripp, por Eric Tamm.
4) The Sciense and Art Healing, por Ralph Twentyman.
5) Rock Discipline, por John Petrucci.
6) Rock Lead Performance (del M.I.), por Nick Nolan y Danny Gill.
7) Hagakure (El Libro del Samurai), por Yosho Yamamoto.
8) Tao Te Ching, por Lao Tse.
9) Espiritual Guitar Lesson, por Steve Vai para Guitar Player.
10) Jazz Guitar Improvisation (del M.I.), por Sid Jacobs.
11) El Libro del Bushido, anónimo japonés.
12) Taoist Ways To Transform Stress into Vitality, por Mantak Chia.
13) Nada Brama (Dios es Sonido), por Joachim Ernst Berendt.
14) Guitar Trip, por Paul Gilbert.
15) Dragon Lesson, por Tak Matsumoto para Guitar Young.

Espero que les sirvan (y estoy seguro de ello) y les aconsejo que los lean y los estudien. Sea cual fuera tu instrumento, o simplemente para aprender algo importante, y que no te arrepentirás.
Creo que debería dejar aquí, ya que tengo un desorden de libros y Cds en medio de mi casa… Tendré que terminar.
Me despido de todos y será hasta la próxima. Sayounara.

Juiahnn.

sábado, 16 de diciembre de 2006

Beginnings


Nací un jueves 7 de julio de 1977 (7/7/77), números que según mi tía, la cual profesa todo tipo de filosofía esotérica, auguraría una buena señal espiritual. Pero seguramente cada uno de los integrantes de mi familia tendrían un plan para mi. Mi padre, que sea militar; mi madre, un escritor; mi abuela, un músico; mi tía (la loca-linda), un gooroo…Con el tiempo, cada uno de ellos, de una u otra manera tuvieron razón…
Crecí influenciado, en parte, por la literatura ya que mi madre era una gran lectora y la casa poseía una gran biblioteca. Ya de chico inventaba historias y me gustaba ilustrarlas (pasión nata por las líneas) y compartía mis creaciones con mis amigos, del cual luego se convertían en aventuras para jugar. Pero antes de volcarme a las letras, mis manos se posaron con tierna edad sobre el piano de mi amada abuela. Desde entonces, nunca me alejé de la música…
Mi padre había sido parte de la fuerza militar de España, por lo tanto me inculcó cierta curiosidad bélica. Aunque investigando sobre el tema llegué a las batallas épicas de capas y espadas, y de allí a las tierras orientales donde los samurais y los guerreros shao-lin se convirtieron en mis héroes. Los militares y las guerras modernas, desde entonces, me parecieron paupérrimas y sin códigos.
Ya desde chico tuve una guerra interior, un yin y un yan…un hombre de guerra y un hombre de Dios. Esto fue cuando a los 7 años vi a unos monjes budistas meditando en un jardín de tipo japonés. Desde entonces tuve una fascinación por lo trascendental que me llevó a huir de casa cinco años después para ir a un seminario de monjes franciscanos (obviamente me devolvieron a mis padres).

Estos fueron algunos de los comienzos de las múltiples actividades que (junto con otros comportamientos) me llevaron a etiquetarme como “niño índigo”, papel que me fue muy difícil cargar durante años, pero esto es letra para otra historia…

Tuve la suerte de haber llegado a una familia con historia, culta e interesante, y siempre les estaré agradecidos por lo que me convertí y lo que soy (aunque esté algo loco, je-je).
Muchas fueron las personas que se cruzaron en mi vida, y que de a poco les iré contando, pero quería que supieran como fueron mis comienzos en las actividades que me caracterizan, claro que si tuviera que profundizar en cada una de ellas, esto mas que un blog se convertiría en un e-book.
Saludos a todos…

Juiahnn.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Hace dos años en una isla...

Era finales de otoño en Europa, aunque en ese mes de diciembre me encontró mas cerca de África que del viejo mundo, y el clima era calido en lugar de fresco. Me hallaba en Fuerteventura, la isla más desértica del conjunto de las Islas Canarias, y si mal no recuerdo fue este mismo día (solo que hace dos años atrás) que iba camino a Puerto del Rosario, su capital. No mucho tiempo después de mi arribo, en uno de los viajes de papeleo por la ciudad, conocí a Wang-Chong, uno de los tantos chinos que se establecen por esos lindes. Wang-Chong tenía una regalaría, (típica de todo chino que importaba miles de productos baratos de su país) no muy lejos del edificio de extranjería, a solo algunos pasos de la rotonda de “las culonas”. Allí nos conocimos. Él, al verme vestido con ropas orientales, se acercó y me preguntó (además de que si necesitaba algo) en un horrible ingles “de dónde era”. Luego respiró aliviado al saber que podía hablar español con migo, el cual lo hablaba mejor que el ingles o el alemán (dos de los tres idiomas que más se habla en la isla). No tardamos en tener una larga y amena charla, ya que no podía creer (no se lo que se imaginarán los orientales de un argentino) que supiera tanto de las costumbres tanto de sus tierras como así de sus “vecinos de ojos rasgados”. No solo eso, sino que se sorprendió de mi manejo de la espada oriental, que no tardé en demostrar al ver que se exhibía una en su negocio. Esa misma tarde me invitó a tomar el té. Me sorprendí porque las personas de por allí decían que los chinos eran personas muy cerradas, pero el tiempo y el haber estado entre ellos (al igual que me pasó con los moros) me di cuenta que los cerrados y prejuiciosos eran los isleños (tantos canarios como españoles). Mientras que tomábamos el té que nos sirvió su hija menor Lyn, Wang-Chong me contaba de su vida de forma fluida y entretenida. Así supe, (además de que hacia tres años que estaba en la isla, que llevaba treinta años de matrimonio el cual le dio dos hermosas hijas, y que su mujer fue doctora en Shangai donde la conoció), que era maestro de Tai Chi Chiang y que profesaba el Tao. Ni lento, ni perezoso (como dice el dicho) le pedí que me enseñase Tai Chi con espadas, a lo que me contesto que volviera en unos días para que pudiera pensarlo. Esa tarde, además de haberla pasado bien, me fui esperanzado… Claro que todo este contentamiento tuve que esconderlo pues la situación por la que estaba pasando con mi hermana y su marido, que era donde yo estaba viviendo, estaba bastante tirante (algún día les contaré)…
Volví a tres días después a casa de Wang-Chong (el cual no me dejaba de sorprender su aspecto juvenil pese a haber pasado los 50) lo cual le causó una gran alegría. Después de haber intentado saludar en un mal chino mandarín a toda su familia lo seguí por una escalera exterior a la azotea. Sacó de un mueble de jardín unos rústicos almohadones y los puso en el piso. Me indico que me sentara y que intente limpiar mi mente y escuchara el paisaje…algo difícil pues nos hallábamos en el centro de la ciudad, y aun en lo alto el sonido del tráfico era fuerte. Lo mire sorprendido y no tuve más respuesta que una típica cara de “maestro-chino-súper-capo-monje-shaolin de película oriental” la cual me indicaba con amabilidad que me sentara. Así lo hice, con aire de solemnidad y misticismo, que no me sirvió ni un pito, porque era tanto el barullo que cuando cerraba los ojos en ves de ver un paisaje sereno, me venia a la mente “La Av. 9 de Julio” de Buenos Aires. Abrí mis ojos alarmado, y el chino me observaba con una sonrisa maliciosa. Volví a cerrarlos, pero mi mente me llevaba nuevamente a Buenos Aires. Fue entonces que decidí quedarme allí, y caminar (mentalmente) por la ciudad como un observador. Me tomé un taxi y me bajé en el “Jardín Japonés”. Entré y comencé a caminar por sus senderos, atravesar sus rojizos puentes, descansar bajo sus floreadas pérgolas, y por sobre todas las cosas empaparme de ese espíritu oriental. Pronto me di cuenta que el ruido de la ciudad había desaparecido, al igual que los paredones que separaban el jardín de la ciudad. Una voz me preguntó donde estaba, y fui describiéndole el lugar, lo que a mi me parecía en un principio un lugar conocido, y que luego se fue transformando en un hermoso bosquecillo el cual nunca visité. A continuación, esa voz me pidió que abriera los ojos, y cuando lo hice la luz del día me cegó por unos segundos, para luego darme cuenta que estaba en una azotea de un edificio en medio de Puerto del Rosario con Wang-Chong frente a mi. Recordé una máxima del Tao y le dije: “…con el Camino se puede viajar, aun sin moverse…”. Sonrió y me dijo: Tu concentración determina tu realidad (famosa frase Zen que la escuché hasta en Star War). Y agregó: Voy por las espadas. Minutos después ya estábamos practicando movimientos lentos y relajados. Me sentí en paz, tranquilo, en armonía y en equilibrio con migo mismo…algo que necesitaba mucho, pues estaba atravesando un periodo muy oscuro de mi vida. Desde entonces me convertí en el discípulo de Wang-Chong y practicaba Tai Chi cada vez que visitaba la capital de la isla.
Con el tiempo, estas practicas, las fui implementando en la guitarra y descubrí que era un excelente método para encontrar buenas melodías y tener una precisión mental-sentimental con la música. Así fue como la implementé a mis enseñanzas.
Wang-Chong no es una persona famosa, ni un maestro conocido del Tai Chi, ni mucho menos un músico. Es un vendedor de productos chinos en la capital de una isla a 60Km de distancia de las costas de Marruecos. Pocos saben y conocen el poder de esta persona, alguien que decidió tener una vida sin sobresaltos ni ambiciones mas allá de su pequeño negocio. Pero esta pequeña historia es para que conozcan que hay en mi un poco de Wang-Chong cada vez que le digo a alguno de mis discípulos musicales que busquen la concentración para alcanzar el equilibrio sonoro…y que en verdad hay grandes personas en todo el mundo aunque el mundo no las conozcan.

Wang-Chong, si estas leyendo esto, sabé que (aunque no se acostumbra decirlo entre hombres en la China) te tengo muy presente en mi corazón y mi alma extraña tu persona…

Un saludo a todos, y nos hablamos en otro momento.

Juiahnn… o como me decía Wang-Chong: Ju Lee Yung.

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Dragon from the West

Konnichiwa, y hola a todos…
En verdad estaba esperando un poco más de tiempo para comenzar algo como esto, una pagina web que un muy querido amigo (y casi hermano menor) me va a construir. Pero esto de los blog es una buena oportunidad para transmitir algunas ideas o simplemente descargar algún monologo verborragico. Obviamente uno de los temas principales será la música, y aquellos que me conocen saben de mi docencia respecto al tema con sus inclinaciones orientales-espirituales. También les informaré sobre mi utópica carrera, tanto como músico, como también el de escritor…Claro que tendré cuidado con todo lo que muestre pues ya he sido victima del plagio, no de personas desconocidas, sino que de famosos (no vale la pena dar nombres). En fin, supongo que esto servirá como un diario de viaje o un cuaderno de experiencias.
Para aquellos que no me conocen, ya me presentaré con tiempo, y con historias. Les hablaré sobre mi particular forma de enseñanza musical y del dojo de guitarras (al estilo de Tak Matsumoto, o como el que el gran George Lynch está enseñando via web) que estaré por abrir muy pronto. También habrá uno que algún otro dibujo que tanto les gustan a los mios.
Desde ya les agradezco por visitar este blog y espero sus futuros comentarios.
Escuchen buena música, lean a los clásicos, y miren para el este por si alcanzan a divisar el monte Fuyi. Un abrazo desde el bosque y el mar (lugar donde vivo) y será hasta entonces…

Juiahnn