Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


sábado, 18 de julio de 2009

Mi lugar en el mundo.


La oración de la mañana quedó vibrando en mi interior, y parecía que aun reverberaba en las montañas. Yo cantaba para mis adentros, pero al ver el rostro de los otros monjes, supe que no era el único. Cada uno tenía su canción interior.

Remover la tierra del huerto y limpiarla de malas hierbas puede ser una de las tareas más agradables y profundas de la vida. Si se está en un estado correcto y con paz interior se puede percibir algo más que un trabajo de granja: es el cuidado de aquello que nos da fuerzas físicas.

Una bella zorra, a la que en el templo apodamos Hanami, se paseaba por entre el camino de la arboleda. “Quizás seas el espíritu de una doncella seduciéndonos”, pensé.

Más arriba, el cielo diáfano y límpido, celeste y profundo…

Casi me había olvidado de donde venía y que había sido mi vida antes de venir a este lugar perdido y olvidado, más no menos importante.

El templo fue construido en refinadas madreas por unos ronin del tiempo feudal del 1300, que, al haber perdido a su amo, dedicaron su vida al Buda.
La construcción no es muy grande, pero es artesanalmente maravillosa. Aquellos ronin buscaron el satori en su construcción y dedicaban meses en la talla de una columna o en el pulido de los suelos.
Cuenta con una habitación en donde allí se hace casi todo. Una especie de “hori” en donde el “kotatsu” (como un bracero) esta encendido todo el tiempo. Subiendo por unas escaleras, no a una segunda planta, sino a una continuación (el templo esta construido sobre una ladera siguiendo su inclinación), está el lugar de meditación y oración. No hay una imagen de Buda, ni estatuas. El humilde templo cuenta con una especie de “tokonoma” en donde cuelga unos escritos sagrados, y unos arreglos florales.

“En la montaña cualquiera es buda” me dijo Rikku, “aquí no hay tribulaciones. Pero qué sucede al bajar al pueblo y enfrentar la vida ordinaria de los hombres de mundo? Por eso es importante llevar la montaña a nuestro interior.”
Me dirigió a las habitaciones para que ponga mis pertenencias en el armario de los futones, y me entregó una túnica sencilla pero de buena tela: “Y aun así” agregó, “la montaña no es para todos. Hay que tener valor para abandonar el mundo, y un gran espíritu para alimentar el alma”.

Aquel día me parecía lejano y estaba fresco en mi mente. Quizás halla pasado toda mi vida en aquel pequeño templo, o había sido apenas el día anterior cuando había llegado: Vislumbré el infinito en unos segundos!!

Por la tarde, siempre hacía algo que alegraba mi alma: me adentraba en el bosque con Haraka en busca de frutas secas o leña para el kotatsu, iba hasta el lago, al otro lado de la montaña, a contemplar el relejo con Uryu (“el aire y el agua siempre están unidos. Los separa “la imagen”, yo creo que en eso el feng –yui se equivoca” me decía como en secreto), tocaba la guitarra en los jardines de la entrada junto a Soeda que me acompañaba con el biwa, o simplemente me quedaba en la terraza del este, meditando al atardecer, contemplando los últimos rayos de sol dorado, pincelando el cielo carmesí, mientras que las sombras que cubrían el mundo, allí debajo, poco a poco subían a la montaña.
Éramos solo cinco los que habitábamos en aquel templo, y muy pocas personas pasaban por allí, pero las puertas estaban abiertas siempre...

Hoy, en cada atardecer, algunos pensamientos son hacia aquel lugar y para aquellos monjes que fueron mi familia. Quizás alguno no estén, no lo se… pero sí se que volveré, y entregare mis días allí. Seré viejo y sabio, o regresare a mi juventud y la zorra que paseaba por los alrededores por fin se transforme en la “doncella Hanami” y caminemos eternamente en el prado del satori…


Hoy puedo estar por el mundo, viajando, trabajando, haciendo vidas, pero siempre en los momentos de paz regreso a la montaña, porque aquel lugar quedo en mi interior.


Juiahnn