Durante las noches de verano, llevas en la taza de té, todas las estrellas a tu boca, y el sonido de las cuerdas trae la brisa de la montaña…
Contrasta con la roja nostalgia de las hojas secas al son del shamise, su verde color tibio, en las tardes de otoño…
En los fríos días de invierno, tararea las melodías de antaño en un lento sorbo caliente, bajo un tibio sol, de un calido cielo…
De tu cuenco a los campos, todo allí es verde. De tu instrumento a las aves, todo allí suena con el espíritu de la primavera…
Si el sonido del shamisen no es de tu agrado, es que hay tribulación en ti. Si el té no te sabe bien, entonces, replantea tu vida!!
