Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


lunes, 29 de septiembre de 2008

Lunes por la mañana...


Lunes. Siete de la mañana y el sol se levanta lentamente. El canto de los pájaros es una melodía que ya venia sonando desde hace unos minutos. La marmita en el fuego me da el tiempo para vestirme. Unos gastados jeans, una camisa holgada abrochada con una cuerda, un abrigado chaleco de tela rustica u unos viejos borceguíes. Sacudo la yerba del mate para quitarle el polvillo…algo similar a la preparación de una pipa. El agua anuncia su temperatura con un leve silbido y antes de que rompa a hervor la quito del fuego. Salgo al balcón desde donde veo casi toda la cuadra de pinos, acacias y eucaliptos. Anotador en mano para dejar escrito algunas sensaciones o líneas que se convierten en un poema con tintes tolkinianos a canturrias del medioevo. Unas cuantas tajadas de pan casero acompañan el mate.
El silencio de hombres es ideal…solo la naturaleza se manifiesta en sonido. Se que en otras partes, en alguna ciudad, el bullicio ensordecedor a comenzado. Personas que se tropiezan con otras para llegar a sus oficinas y universidades…poco me importa: yo elegí esta vida. Una gran biblioteca y perspicacia en la vida me da más conocimiento que un profesor que ejerce su trabajo con quejas en lo que debería ser por vocación. La experiencia en mis oficios es más implacable que cualquier papel, porque a la larga se ve la buena mano sobre un comprobante acomodaticio…
Mi mandolín parece reírse de mis pensamientos con una antigua melodía…
El clima es perfecto: cálido tirando a fresco…
Mi día comienza antes de comenzar mi labor: Reviso en mis carpetas los apuntes y notas que tengo de cada uno de aquellos que confiaron su aprendizaje en mis manos. Leo sobre sus gustos, sus experiencias, sus emociones, sus pensamientos, sus habilidades…Cada uno de mis alumnos es un mundo diferente, y ellos trabajan duramente para ser únicos. Todos poseemos unicidad. Solo hay que encontrarla y trabajarla. Yo los acompaño en eso, les muestro mi camino y ellos aprenden para transitar el suyo.
Arreglo el atelier, lo limpio y acomodo el organizado desorden. Voy hasta la quinta a recoger las verduras para el mediodía. Vuelvo al interior de la casa. Prendo un sahumerio, y con la tranquila música de origen celta, siendo las 9:30, le doy la bienvenida a mi primer discípulo del día: -Tu guitarra sonara cuando determines tu realidad con tu expresión interior. Ninguna escuela de música, ni ningún profesor, ni otro músico te sabrá decir cual es “tu propia canción”, “tu modo correcto”. Solo algunos maestros, despiertos para con vos, podrán orientarte un poco en el camino. La experiencia no se logra con el tiempo aprendido, sino con el tiempo meditado-
La jornada continúa con bello día en medio de un pueblito del viejo mar…

Juiahnn
www.myspace.com/juiahnn