Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


miércoles, 15 de abril de 2009

Saber en el Espíritu.

2:30 pm
He pasado una semana muy gratificante con la visita de mi hermano, con el cual estuvimos tocando, logrando una comunión muy profunda. También, el comienzo del nuevo siclo del Ivaris Guitar Zen y conocer a mis nuevos alumnos y reencontrarme con los viejos discípulos fue emocionante. Quisiera hablar de cada uno de ellos, pero lo haré en otra entrega, pues, por algunas cosas que veo que están sucediendo en el pueblo en donde vivo, tuve la urgencia de hablar, nuevamente, sobre la importancia de ser un maestro.

He aquí la historia de la transmisión del maestro Konin a Eno contada por el sensei Taïsen…

Eno era el último de los discípulos de Konin, era analfabeto y trabajaba en la cocina del templo. Sin embargo, fue él quien recibió el “shiho” (la transmisión) en vez de Jinshu, el más antiguo y el mas instruido de los discípulos.
Eno, no tenía padre y debía trabajar duramente para mantener a su madre. Cada mañana iba al pueblo a vender leña. Un día oyó cantar el “Sutra del Diamante Cortado” y fue impresionado por esta frase: “Si el espíritu no se detiene en ninguna parte, aparece el verdadero espíritu”…

…Repito a menudo que si no pensamos concientemente, nuestro verdadero espíritu puro se manifiesta inconcientemente. Esto no puede ser comprendido por las palabras, sino que debe ser vivido por la practica del zazen…

Eno decidió hacerse monje y después de haber confiado su madre a unos amigos, se dirigió al monte Obvia donde estaba el monasterio del quinto patriarca, Konin. Pero a causa de su origen humilde, no pudo ser monje y fue empleado en la cocina, para machacar arroz.
Un día el maestro pidió a sus discípulos que expresaran en un poema corto lo que habían comprendido del Zen…
Jinshu, el más sabio e inteligente de los discípulos, compuso este poema:

El cuerpo es el árbol de la Bodhi (iluminación).
El espíritu es como un espejo brillante.
Sin cesar los desempolvamos y los limpiamos,
para que el polvo no se adhiera a ellos.

Se preparó para llevárselo al maestro a su habitación, pero, preso de una duda, prefirió clavarlo en la pared exterior del dojo. El maestro, al pasar, lo vio y después de haberlo leído, dijo a Jinshu que su poema era bueno, y que sin duda el podría conducir a las personas al despertar.
Eno, el iletrado, le pidió a uno de sus compañeros que le leyera el poema, y luego de pensarlo, decidió componer otro a su vez. Le dictó a su amigo:

No hay ni árbol de Bodhi (iluminación)
ni espejo brillante…
Puesto que intrínsecamente todo es vacío…
donde podría depositarse el polvo?

Todo el mundo quedó muy sorprendido al leerlo, hasta el maestro Konin. Pero hizo como si no hubiera visto nada y pretendió que el poema era estúpido y lo borró con su sandalia…
Cuando llegó la noche, el maestro Konin se dirigió a la cocina donde se encontraba Eno machacando arroz, y le preguntó:
-¿Has terminado con el arroz?-
Y Eno le respondió:
-Mi arroz está preparado. Está blanco pero nadie lo ha lavado.-
Entonces Konin golpeó tres veces sobre la madera y Eno comprendió que a las tres de la madrugada debía ir a la habitación del maestro. A esa hora, Konin le dio su “kesa” y su transmisión, después le ordenó que huyera inmediatamente del templo y se ocultara en las montañas. Al día siguiente, los monjes quedaron muy sorprendidos por la ausencia de ambos y se lanzaron en su búsqueda. Todos estaban intrigados sobre la transmisión y querían tener el “kesa”…

Eno permaneció oculto durante quince años entre los pescadores, después recibió la ordenación de monje y comenzó a enseñar en el monte Sokei.

En la enseñanza Zen sobre el Arte de la Guitarra (GC) se dice que: “La Música es una presencia benévola, constante y rápidamente disponible,…aunque no todos están constante y rápidamente disponible”.


Siempre, el mejor músico no es el que mejor toca, sino, el más comprometido.
Cuando la Música nos “susurra” al oído obtenemos esa comprensión y libertad. Ella toca a través de nosotros si estamos disponibles y libres de ideas. El saber es bueno, de hecho es necesario para evolucionar, pero ese saber se hace “activo” cuando “fluimos” y atrapamos el momento. En ese estado podemos “tocar portentos”.

He tocado varias veces el tema relacionado a las academias de música y su “deficiente enseñanza comercial”. Muchas veces, músicos frustrados se dedican a la docencia porque no quieren trabajar en su vida, y eso genera un gran mal. Alguien que, quizás con conocimiento pero no con un real entendimiento, crea músicos mediocres y vacíos de espíritu, o les dificulta el crecimiento. Un buen ejemplo sería el de un hospital con malos doctores; Qué se lograría si no tiene verdadera vocación de curar y solo se ponen su delantal blanco para hacer un horario y cobrar un sueldo? La gente no se curaría de sus males, estaría enferma, y lo que es peor, confiaría en estos “buenos doctores”. Y lamentablemente, esto está pasando en la enseñanza musical a nivel global.

En el cuento Zen, Eno no es que solo obtuvo el “kesa” porque tuvo solo “una musa inspiradora”. Su destello de iluminación y comprensión de espíritu hizo que dé una buena respuesta, pero luego paso quince años instruyéndose para enseñar… Mientras que Jinshu, a pesar de ser el mas ilustre y más inteligente, le faltaba el “verdadero espíritu del maestro”.

Les debo la continuación que comencé en la entrada anterior sobre el Zen, discúlpenme.
Piensen, mediten y tomen tiempo para ustedes.
Envío mi amor a mis discípulos, y mi respeto a los lectores.

Juiahnn