Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


domingo, 4 de febrero de 2007

Mi nueva guitarra.


A pesar de que mi trabajo como músico cesionista requería la utilización de varias guitarras, siempre, en lo personal, me he considerado “monógamo”, hombre de una sola guitarra. Aun cuando mi casa estaba llena de ellas, siempre existía una “única”.
Mis días como guitarrista comenzaron con una Kramer Les Paul americana, seguido de una Jackson, una Ibanez, hasta que me vi apostando todo a Fender, y así adquirí mi primera strato llamada Jefrie: una Jeff Beck model. Aunque en estudio seguía experimentando y tocando con toda clase de marcas (Parker Fly, ESP, Hammer, Washburn, Gibson y PRS) para mis trabajos personales utilizaba mi strat. Un día llegó “el día de tener un modelo propio”, y como atrás habían quedado los tiempos del Juiahnn “shredd”, elegí a la más humilde de las Fender. Mi custom shop fue una amaderada telecaster, cargada con micrófonos DiMarzio The Chopper y Twang King. Fueron tiempos felices junto a Tom Sawyer (mi guitarra)…pero mi música se iba volviendo cada día mas progresiva y necesitaba algo más agresivo (no es que no se puede serlo con una Tele) y busqué a una vieja amante: Una Wasburn Nuno Bettencourt 2, primera serie. Versátil, cómoda, poderosamente tirada por un Saymour Duncan. Como ya nada tenía que ver de forma legal con Fender, hice de esta N2 por más de cuatro años, mi aliada de guerra. Mi amada Amelie.
Al volver de un gran viaje en el 2005, y sin banda, me sentí atraído por la calidez de las simples bobinas, y se me dio la oportunidad nuevamente con Fender. Ese invierno lucí una Stratocaster sunburst Custom U.S.A. Esta guitarra, cuyo nombre era Canela, sacó lo más tranquilo de mi. Pero no me sentía completo, así pues, la customisé aun más colocandole un DiMarzio Paf Pro en la posición del puente. Con esto y todo no dejaba de tocar la N2. Ambas eran extraordinarias y me servían para el tipo de música sinfónica que estaba profesando. Al año de concluir con Fender, la strato pasó a manos de un alumno. Amelie (N2) seguía firme, pero le faltaba “ese sonido strat” al que tanto me había acostumbrado…
En estos últimos meses estuve tentado por varias marcas, como las excelentes PRS o las Gibson. Tuve que pensar que más allá de los gustos personales me debía a la música y a la enseñanza, y necesitaba una guitarra completa. Fueron meses en los que toqué docenas de guitarras totalmente diferentes entre sí y hablé con otras docenas de luthieres y marcas. Pero luego de tanto meditar llegué a la conclusión de customizar una super strat como lo es la Ibanez Jem, diseñada por el mismísimo Steve Vai. Era una decisión que solía rechazar para que no se me asociara con un fan emulador, pero la Jem lo tenía casi todo, excepto que no era una Les Paul.
A partir de una Jem Jr Bad Horsie se comenzó a trabajar. El mastil tendría un proceso para obtener mayor sustain. La palanca del tipo Floyd Rose estaría especialmente valanciada y con unos tornillos que no le hicieran perder tanto porcentaje de vibración. Los micrófonos serian una segunda versión de los DiMarzio Evolution, pero más grabes. De esa manera conseguiría un sonido más “LesPauliano”, sin perder con la variación de mics el sonido strat. A todo esto, unos pequeños ajustes en los potenciómetros para obtener esos sonidos llenos y nasales de una PRS.
Con todo esto, y desde hoy, me sumo a la escudería Ibanez, con esta completa guitarra espiritual a la que he de llamar “Kamala”.

Juiahnn