Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


viernes, 16 de febrero de 2007

Regresar a lo esencial.


Hubo un periodo de mi vida que por buscar una gran espiritualidad encontré un misticismo oscuro. Huí de la humanidad conocida (mi mundo de entonces) para recluirme en una desértica isla, con el fin de morir. Hay una gran historia entre ese destino planeado y la espiritualidad que encontré después. Hubieron personas y maestros en ese periodo, como Jael, Wang Chong, la niña Canela, Francesco, Katchumo, Illya, Lao y Jesús, que me enseñaron a “dejarlo todo para tenerlo todo”, a “volver a lo esencial”, a “encontrar el milagro en todas las cosas”, a “ser humildes pero grandes”, a “dejar atrás lo malo”, y a como “de ser un niño sumiso llegar a aprender como un maestro para luego volver a ser un niño sabio”. Volví a vivir, y esas enseñanzas siempre repercuten en mi religión: La música.
Ya había tenido una etapa de renacimiento, cuando por obra y enseñanza de grandes maestros dejé de ser “el shredder súper-velocista, dispuesto a deslumbrar al mundo con mi habilidad, cargando un gran arsenal sonoro”, para ser “un niño colgando una telecaster y enchufada a un viejo ampli”, y luego si, de un tiempo de enseñanza, llegar a entender el espíritu de la música y utilizar otras herramientas…
Una vez, Katchumo enseño que para no mojarse en una lluvia, uno “no tendría que eludir las gotas, sino, caminar por el espacio que queda entre ellas”.
Algo así quiso decir Jimi (Hendrix) cuando le dijo a un guitarrista empeñado en ser veloz: “No intentes escuchar cuantas notas toco, sino, el silencio que hay entre ellas”.
La enseñanza de hoy es un frase cargada de todas estas experiencias: “Regresar a lo Esencial”. Toquen lento, rápido o a medio tiempo, pero sientan las notas como si las pulsaran por primera vez. Busquen su sonido individual, su silencio al desvanecerse, su armonía al juntarse con otras notas.
Re-enséñense a tocar, sean como niños. Busquen maestros para serlos ustedes también. Maestros que sean “niños espirituales”.
Todos tienen la posibilidad de llegar al “Nirvana Musical”, pero para eso se debe meditar, sentir y amar lo que uno hace.
Repitiendo, y como dijo Francesco: “Hay que dejarlo todo para encontrarlo todo”.

Juiahnn.

Nota: Este artículo bien podría ir de la mano con “Sabio sonoro” del 21 de Enero de 2007, y “Ser un maestro” del 13 de Enero del 2007.