Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


viernes, 23 de febrero de 2007

Lo más calido de la oscuridad.


Por algunas circunstancias que están ocurriéndoles a muchos de mis conocidos (y en ocasiones a mi mismo) opté por transcribir una lección que suelo dar en mis clases y que de seguro muchos de mis alumnos la recordaran y la habrán puesto en practica. Todos pasamos por el mal periodo del “samsara” (la rueda de la vida), pero una vez le dijo George Harrison a su hijo (citando a algún gurú): “Supera las debilidades humanas por medio de la meditación. Yo agregaría: …y por medio de la música, supera los eventos amargos.
Será hasta la próxima…

Juiahnn.


Lo más calido de la oscuridad.

La ira, la decepción, el desasosiego, la depresión, el desamparo, la tristeza, estas y otros estado nos conduce a una oscuridad del alma. Nos ciega, nos inmoviliza, nos hace perder la confianza en las cosas, y nos destruye la autoestima. No importa la magnitud de la mala situación. Puede ser desde la terrible fatalidad de la muerte de un ser amado hasta un rechazo laboral. Lo antípoda de todo estos males nos hacen creer en nuestra luz interior, nos fortalece, nos da valor, pero somos humanos, y en su mayoría, ante las desgracias caemos en la desesperación. Nos abatimos y no vemos más salida que una triste resignación dejando a la suerte nuestra vida. La oscuridad nos abraza en su lecho de depresión. El sol puede estar en lo alto iluminando una profundidad azulina, pero solo vemos los nubarrones de nuestra tormenta. Nos amedrentamos acurrucados en algún rincón de nuestro interior sollozando por una falsa creencia de nuestro poco valor como persona. Nos sentimos imposibilitados para seguir adelante…
Pero éste no es el fin, sino que es un nuevo lugar para comenzar…

Pensemos ¿Qué tan abajo se puede llegar? ¿No hemos hecho pie en el fondo del fango? ¿No es acaso esa oscuridad interna otro aspecto de nuestra vida?

Existe un lugar, en lo profundo de cada uno de nuestro ser, como una pequeña lumbre llamada esperanza que puede encender la gran hoguera de la fuerza interior. Existe lo más calido de la oscuridad…

Imagínate una basta oscuridad en la que no distingues proporciones ni lejanías. Ni aun gritando encuentras respuesta ni corriendo incansablemente encuentras un límite, un obstáculo, algo que exista más que tu propia presencia. Te encuentras absolutamente solo… Pero oyes algo, unos tenues golpes, y luego de agudizar el oído descubres que es tu corazón. Tus ojos lentamente se acostumbran a la oscuridad y percibes una suave luminosidad a tu alrededor, un etéreo resplandor que surge desde tu pecho y danza suavemente sobre tus manos. Ésta te proporciona una calidez que te hace olvidar por momentos el gélido frió de la basta oscuridad. Cómodamente sentado sobre el suelo, con un rostro luminoso descubres una pequeña verdad. Lo más calido de la oscuridad es tu propio ser. Lo único que existe e importa es tu alma. En medio de la gran lobreguez tú eres el centro, tú eres todo, y tu espíritu creó la cálida morada de los grandes abismos.
Desde allí, meditando los sentimientos, concentrándote en las emociones, las tinieblas se disiparan para dejar lugar a un valle de inspiración.
Canalizamos nuestros dolores, nuestras frustraciones, nuestras decepciones mediante el arte sonoro de nuestra llama interior.

Esa es nuestra luz, nos dará el valor necesario, pues crearemos a partir de los males para un fin positivo: La creación de la música.
Entenderemos las pequeñas y simples soluciones de lo que en un principio nos pareció el fin. Pensemos: Siempre existen otros caminos y otras posibilidades. Si lo que nos atormenta tiene una salida, tomemos coraje pues existe la solución. Ahora si el tormento no tiene una respuesta, entonces ¿para qué vivirlo? Dejémoslo de lado.

Como músicos tenemos el don de transformar cualquier emoción en arte sonora. Poseemos de nuestra guitarra como espada para contrarrestar a los monstruos del descreimiento, y la concentración de la meditación para establecer una estrategia como la es el componer.

Como experiencia, no siempre se necesita un caso extremo (como los que mencionamos en el principio) para experimentar lo más calido de la oscuridad…

Por otro lado la oscuridad no siempre representa a lo malo. Más bien éste es otro aspecto de todo ciclo vital para mantener el “camino del equilibrio”, como por ejemplo; si no existiera la oscuridad de la noche, el mundo no podría recuperarse en descanso.
Podemos recurrir a la oscuridad para conocer nuestra luz y llegar a la inspiración.

Tomemos el siguiente ejercicio como un ejemplo vívido de algunas emociones. Ubiquémonos en las penumbras de una habitación, acurrucados, abrazándonos a nosotros mismos y teniendo muy de cerca nuestro instrumento. Dejemos que nuestra mente pierda conciencia de dimensiones para que nuestra alma solo vea nuestro ser como lo principal de tal situación. Enfoquemos nuestra concentración hacia nuestras virtudes y experimentemos lo más calido de la oscuridad. ¿Qué melodía nos devolvería la luz?
Oigamos nuestro interior y dejemos que nuestras manos acaricien nuestro instrumento, o que nuestra fuerza nos libere de algún odio al empuñar las cuerdas.

Nunca olvidemos que tenemos el poder de reinventarnos, de encontrar lo bueno en las dificultades, de que la música nos abrirá caminos, y que, finalmente, cuando nos veamos acorralados de malas situaciones, lo importante es uno mismo.