Pain of Salvation

He caminado en este camino desde ya hace muchos años…



…he gastado todas mis lágrimas



…he dejado muchas cruces atrás.



Quizás esta vez es suficiente. Llévame a casa!


lunes, 8 de enero de 2007

Final de entrevista.


Hola a todos…desde ya prometo que en la próxima entrega del blog contesto las preguntas y afirmaciones que me mandan por mail. Nuevamente les agradezco por sus cartas…aunque me sienta solo al ver “0” comentarios, ja-ja… No sean tímidos!!
Bueno, con esto terminamos la extensa entrevista. Espero que la hayan disfrutado tanto como yo al hacerla, aunque me da un poco de pudor hablar de ella…
Sigan tocando y sientan la música. Sayounara y hasta la proxima.

Juiahnn


Las sombras de los tamariscos comenzaron a invadir las arenas de la playa, el horizonte del mar se mimetiza con un cielo añil y violáceo. Una brisa juguetea con las blancas cortinas de la pequeña cabaña.
Frank enciende un velador de luz intima, para iluminar una merienda de frutas, jugo, malta, y pan de soja. Puso música. Era una extraña melodía con guitarras y violines, acompañado de voces francesas: “Se llama Malicorne” nos dice, y pasa a contarnos la historia de una banda de finales de los 60.

-Y ya que nos hablas de música ¿Qué es lo que oyes comúnmente?
F: Tengo mis días o mis meses. Hay veces que no escucho un cd por años y otras veces lo escucho una y otra vez. Tengo etapas muy tranquilas, y otras que no tanto (ríe). Soy capas de oírme de un tirón toda la discográfica de King Crimson, de Yes, o de Dream Theater, el cual lo disfruto mucho. Me gusta investigar, descubrir bandas nuevas, o redescubrir bandas viejas, como los mencionados Malicorne, o Sweetwater. A veces soy muy hippie y voy desde Bob Dylan a Jimi Hendrix, o muy sofisticado y escucho mucho jazz, sobre todo tríos. La fusión me gusta mucho. Hay una banda que me voló la cabeza. Se llama “Medesky, Martin & Wood”, esos tipos están mal de la cabeza, es jazz de otra dimensión. Podría nombrarte miles de grupos y solistas que pasan por mi equipo de música…No soy de la radio, aunque hay y cosas interesantes que por suerte pasan, como la música de David Bowie, un genio para mi, o Prince…Como sea, tenes que tener un gran filtro.

-No eres de escuchar música para guitarristas, cosas como Vai, Satriani, o Malmsteen…
F: No, no mucho. Tengo etapas de Vai, pero es mas por su luz que por su técnica. A Satriani me gusta verlo, y Malmsteen…mmm, no puedes negar su estilo y velocidad, pero prefiero mil veces a Blackmore. No se, me gustan esos grandes no tan conocidos y que están en una banda, Ty Tabor (king X), Dominic Miller (sting), Chris Herin (tiles). O gente como Steve Morse, Richie Kotzen, Eric Johnson, John Petrucci, Steve Ray Vaughan, Chris Duarte. Gente del jazz como Wes Monthgomery, Joe Pass. Guitarristas experimentales como Robert Fripp, David Torn, Mike Oldfield…hay tantos que no sabría cual nombrarte. Es que prefiero escuchar melodía, o una guitarra que me erice el pelo, pero no “viri-viri” (haciendo alusión a tocar rápido) todo el tiempo (ríe).

-Algo como lo que vos haces…
F: Lo que intento…Tuve que trabajar mucho para dejar de ser un velocista. Es fácil agarrar la técnica y ser un gimnasta en el mástil, tocas 24 notas por segundo, un poco de tapping, palancasos, y buenas poses para las fotos… (ríe con ganas y tuvimos que esperar un poco a calmarnos pues nos habíamos tentado) …tuve que aprender a disfrutar de los silencios y estar en segundo plano, estar al servicio de la canción. Y eso me llevo a oír otros instrumentos y a aprender de ello.

-Hablando de otros instrumentos, ¿Cuántos tocas?
F: Tocarlos, no. Soy más bien un corajudo por atreverme a sacarle sonido a cualquier cosa que llegue a mis manos. Obviamente los instrumentos de cuerdas son mi fuerte, las teclas una obsesión, y las percusiones una pasión escondida…sobre todo las tribales.

-Si tendrías que decir una frase celebre en un discurso musical ¿Qué dirías?
F: Uff! Que difícil!...Aunque no, no es difícil: Sentir la fuerza de la música, esa sería la frase. Lo que en verdad cuenta no es la técnica ni la velocidad (aunque esto ayuda), sino la actitud de quien toca y la dicha que encuentra en los caminos de ella.

Nos fuimos de aquella casilla muy entrada en la noche, con la sensación de haber encontrado un amigo, o de haberlo conocido de toda una vida. Lo trascripto es solo un trabajo posterior de edición, pero la charla que tuvimos abarcó temas desde muy profundos a los más comunes. Dios y religión (que no es lo mismo), política y sociedad, física y psicología, y obviamente, literatura, su segunda pasión. De sus libros en tramitación de editarse (como el seguro polémico “Jael”, un libro de tinte espiritual en la que entabla amistad con, supuestamente, el mismo Satanás, y “Pequeños cuentos para una gran historia”, una recopilación de narraciones épicas) y de otros que atesora para un futuro (“Reflejos”, “De pecados y sombra”, Kisflú, el gato saltarín”, y “Un árbol para un bosque”). De los deportes que el practica, como el surf, mountain bike, training, y juegos medievales. Hablamos de sus cambios, de la búsqueda de lo sencillo y su lucha por ello, de cómo cambió a Howard P. Lovecraft, y Charles Bodelaire y esa clase de literatura, por libros para niños (“sin magia ni brujos que tan de moda esta hoy, y que me hartan” dijo) de escritores argentinos como Ema Wolf, Gustavo Roldán, Adela Basch, entre otros. De que disfruta tanto de lo natural al ver el milagro de ello que siente que su espíritu reventará por no poder contener tanta belleza. Nos cantó algunas de sus nuevas canciones (con sabor psicodélico),alguna versión acústica de los temas de Motherland, y toco algunos nostálgicos instrumentales.
La noche era fresca y nos quedamos mirando el mar por unos minutos. Juiahnn Frank permanecía en silencio, como sabiendo lo que éste decía al romper en la orilla. Luego nos despedimos con la promesa de ponernos en contacto, y al alejarnos de aquel lugar su silueta aun permanecía en la penumbra lunar de la playa.